La I.S. y los niños del espectro autista

Los niños  diagnosticados con patologías del espectro autista generalmente muestran muchos síntomas de un procesamiento sensorial insuficiente y su interacción con el ambiente físico  también se ve afectado.

Jean Ayres dedica un capítulo de su libro “La integración sensorial y el niño” a explicar los trastornos que presentan, a nivel sensorial, los niños autistas. En la época en que Ayres desarrolló la teoría no existía como en la actualidad una especificación detallada del espectro autista. Hoy conocemos que un niño puede presentar desde un Síndrome de Asperger, a un trastorno generalizado del desarrollo hasta un autismo profundo. Todos estos niños, en mayor o menor grado demuestran trastornos sensoriales. Por esta razón, extraigo a continuación algunos conceptos que Ayres escribió pensando en los niños autistas.

Desorden de procesamiento sensorial

Cuando los niños autistas colaboran lo suficientemente para someterse a pruebas estandarizadas de las funciones de integración sensorial, generalmente sus puntuaciones son similares a las del niño dispráxico. Se les dificulta la localización del estímulo táctil y saber dónde se encuentran sus manos cuando no pueden verlas. Tienen bastante dificultad en la planeación motora (…).
Existen tres aspectos del procesamiento sensorial insuficiente que encontramos en los niños autistas. Uno, la entrada sensorial no está siendo registrada correctamente en el cerebro del niño, por lo que pone poca atención a casi todas las cosas y en otras ocasiones reacciona excesivamente; dos, es posible que no module bien la entrada sensorial, en especial las sensaciones vestibulares y táctiles, por lo que posiblemente sea gravitacionalmente inseguro o táctilmente defensivo; tres, la parte de su cerebro que hace que quiera hacer cosas nuevas o diferentes, no opera normalmente, por lo que el niño tiene poco o ningún interés en hacer cosas propositivas o constructivas.

El registro de la información sensorial

La mayoría de la gente ha pasado por una calle conocida cierto número de veces y un día nota algo que nunca antes había visto. Nos preguntamos si ese letrero, el edificio o cualquier otra cosa es nueva y nos sorprende descubrir que siempre ha estado allí. Simplemente nuestro cerebro nunca antes había decidido que valiera la pena notar ese objeto. Generalmente ni siquiera nos damos cuenta de por qué atrajo nuestra atención en ese momento. En ocasiones, algo en la imagen del objeto era diferente, quizás el sol lo iluminaba de otra manera  y esta ligera diferencia causó  que nuestro cerebro registrara la imagen que antes había ignorado.

Hay una parte del cerebro que decide cuál entrada sensorial registramos y llama nuestra atención y, también decide si haremos algo con respecto a esa información. Esa parte no está trabajando bien en el cerebro del niño autista, por lo que no registra muchas cosas que los demás si notan. La respuesta del niño autista a la terapia será directamente proporcional a la insuficiencia en el funcionamiento de esa parte.

Las entradas auditiva y visual también se ignoran o no se registran con más frecuencia que otros tipos de estímulos sensoriales (…). Con frecuencia no reaccionan cuando caen o se golpean, como si no sintieran dolor, a menos que éste sea muy intenso. Sin embargo, algunos son excesivamente sensibles a las texturas de las cosas; cuando son pequeños es posible que se resistan a la comida sólida porque no les gusta su textura. Es posible que respondan negativamente a ser tocados por otra persona.

Con frecuencia el tacto con presión profunda es el tipo de estimulación táctil que produce una respuesta positivas y es posible que les guste acostarse entre dos almohadones y que algo pesado les ruede encima. O colocar sus manos debajo de objetos pesados y disfrutan de las sensaciones de presión que lastimarían al promedio de los niños. Quieren sentir algo pero quizás su cerebro sólo registra sensaciones muy fuertes. Algunos de estos niños actúan como si la mayoría del tiempo sus manos se sintieran incómodas y una presión fuerte las hiciera sentir mejor. A menudo, a los niños dispráxicos también les gusta el tacto de presión firme, pero parece que registran la entrada con mayor facilidad que el niño autista. El niño autista siente la entrada de su músculos y articulaciones mejor de lo que siente por medio de sus ojos o sus oídos. Jalar las piernas o los brazos estimula los receptores que se encuentran en los músculos y en las articulaciones y los niños autistas con frecuencia ofrecen sus brazos y sus piernas para que el terapeuta los jale. Insistimos en que parece que sólo las sensaciones muy fuertes- sensaciones tan fuerte que a otros dolerían- son registradas por el cerebro autista.

Los niños autistas buscan el movimiento y la estimulación tenazmente o los rechazan por completo. Ninguna de estas respuestas es normal. Algunos quieren enormes cantidades de movimiento y parece que obtienen mucho placer en esto.  Movimientos como girar o columpiarse no los hacen sentir mareados o con náuseas. Esto sugiere que su cerebro no registra la entrada vestibular como debiera (…).

A menudo se puede motivar al niño autista para que registre la entrada sensorial si se le proporciona un estímulo adecuado. Es por esta razón que las terapias que modifican el comportamiento (TCC) son efectivas con estos niños. La terapia de integración sensorial también trata de proporcionar un incentivo para que el niño registre las sensaciones, pero este incentivo es interno y natural. El placer de la estimulación vestibular durante la terapia ayuda a motivar al niño y también ayuda al cerebro a procesar otras entradas sensoriales, especialmente las visuales. Están más propensos a mirar al terapeuta a los ojos durante o inmediatamente después de movimientos corporales que comprenden mucha estimulación vestibular.

Es interesante, para los que dominan el idioma inglés, escuchar a la Dra. Temple Grandin hablar sobre sus trastornos sensoriales. Es altamente recomendable su libro "Atravesando las puertas del autismo".

Tips IV: Inseguridad Gravitacional

Si su hijo presenta Inseguridad Gravitacional (hipersesibilidad al movimiento) aquí le dejo algunos tips:

  • Respete el miedo del niño
  • No imponga movimientos
  • Otorgue control al niño sobre sus movimientos en el espacio
  • Trabaje con el niño cerca del piso o un puff
  • Permita que el niño vea hacia donde esta yendo
  • Proporcione actividades que requieran propiocepción (recuerde que la propiocepción es regulador del sistema vestibular)
  • Es bueno que estos chicos se sientan contenidos, desde lo visual y desde lo táctil.
  • Mantenga los pies del niño en el suelo
  • Respete el espacio personal

Más consejos de Jean Ayres

Ayude al niño a sentirse bien consigo mismo


Un desorden neurológico es suficiente desventaja, pero encima de ese desorden el niño generalmente tiene la desventaja de una autoimagen negativa. Hay tres cosas que contribuyen a esta autoimagen negativa: la manera en que el sistema nervioso trabaja, los sentimientos de frustración e inadecuación que surgen cuando el niño no puede hacer las cosas bien y las reacciones negativas de otras personas a lo que el niño hace. Los padres pueden hacer muchísimo para contrarrestar las reacciones negativas de otras personas y pueden ayudar considerablemente a reducir los sentimientos de frustración e inadecuación.


Un problema físico

El primer paso consiste en darse cuenta de que el problema del niño es de orden físico. Comprende la acción de impulsos eléctricos y químicos en su cerebro. Un desorden de comportamiento o un problema de aprendizaje que resulta de una disfunción cerebral, es un problema tan físico como una pierna rota o como el sarampión.

Cuando una persona tiene sarampión, no se siente en igualdad; está propensa a sentirse irritable y puede ser caprichosa y poco agradable. Más cosas le salen mal porque el problema físico del sarampión interfiere con el comportamiento de la persona. Cuando alguien tiene sarampión lo perdonamos y hacemos concesiones. Cuando alguien tiene un problema de integración sensorial, igualmente debemos perdonarlo y hacer concesiones. Usted puede desaprobar el comportamiento de su hijo, pero no permita que esto dañe el concepto que el niño tiene de sí mismo como persona. Hágale saber que a la gente no le gusta cuando se comporta mal, pero que esto no significa que él nunca le va a gustar a nadie. Ayúdelo a saber qué cosas son socialmente aceptables y después ayúdele a hacer esas cosas.
Si un niño está enfermo y vomita sobre la alfombra de la sala, usted puede decirle: “la próxima vez tratá de llegar al baño”, pero no lo castigue ni lo avergüence porque esta vez no lo hizo. De la misma manera no se debe castigar ni avergonzar a un niño que tiene mala coordinación, que no puede aprender a leer o a escribir, que controla su esfínter o que hace cosas que le disgustan a otros niños. Este niño necesita amor y aceptación más que el niño que no tiene estos problemas y necesita un mundo de apoyo emocional para ayudarlo a volverse más agradable.
Es extremadamente difícil aceptar que un niño esté alterado, que no coopera, que sea obstinado, malo u hostil. Es una prueba a la paciencia incluso de los padres más tolerantes. Requiere más paciencia de la que se puede esperar de cualquier padre. ¿Cómo se puede actuar ante tal comportamiento? Si usted recuerda que el niño tiene un problema que aunque no es visible, es físico, puede resultarle más fácil aceptar este comportamiento y esta disposición. Usted puede amarlo y él puede amarlo a usted. Los sentimientos que el niño tiene para sí mismo, reflejan parcialmente, los sentimientos que usted tiene hacia él.

Previniendo una crisis emocional

Reconozca que su sistema nervioso no es tan estable como el de los otros niños. Esto lo vuelve frágil emocionalmente. Demasiados estímulos, movimiento, gente, confusión, cambios de horario, ruido, exigencias o enfermedad, pueden ser la causa de que pierda el control de sus emociones. Esto es especialmente cierto si el niño es táctilmente defensivo o gravitacionalmente inseguro. Aprenda a sentir cuando su hijo está a punto de perder el control de sí mismo. Por ejemplo las fiestas de cumpleaños son las actividades más estresantes para algunos niños. Cuando usted  sienta que el niño no podrá manejar ciertos estímulos, retírelo de ese ambiente o reduzca la cantidad de estímulos del ambiente. A los niños no les gusta perder el control de sí mismos, pues cuando lo pierden se sienten peor con ellos mismos. Puede ayudar a su niño a mantener un buen concepto de sí mismo, apartándolo de las situaciones que puedan abrumar su sistema nervioso. También lo puede ayudar si usted misma conserva la calma; usted forma una parte importante del entorno de su hijo y el sistema nervioso del niño se ve afectado por el estado emocional de usted.

En lugar de castigo

Si su hijo pierde los estribos o el autocontrol, el castigo únicamente minará más aún, el concepto que él tiene de sí mismo. El niño ya se siente bastante mal por haber perdido el control y el castigo, además, lo hará sentir culpable y avergonzado. En lugar de castigo necesita algo que le ayude a recomponer la compostura. Un lugar tranquilo, alejado del stress, como puede ser su propia habitación, le ayudará más que cualquier otra cosa. Cuando el cerebro se desorganice no piense en castigos, piense en controlar la entrada sensorial del ambiente para ayudar a organizar ese cerebro.
Primero reduzca la sobrecarga sensorial y después proporcione sensaciones que ayuden a la organización. Un juguete de peluche, la manta favorita o una almohada conocida proporcionan el tipo de sensaciones que el niño necesita. Para algunos niños es mejor que los abracen y los carguen.
La acción de una mecedora puede ayudar. En el caso de un niño más pequeño un baño tibio puede resultar calmante. Las actividades al aire libre proporcionan entrada propioceptiva, la cual puede calmar el sistema nervioso del niño, especialmente si la temperatura es fresca, debido a que el aire fresco ayuda a modular el torrente de impulsos de la piel y con frecuencia reduce la hiperactividad.


Disciplina

Esto no significa que no deba disciplinar a su hijo. Todos los niños necesitan disciplina en ciertos momentos. Recompensar el buen comportamiento y retirar privilegios (como ver la televisión) por mal comportamiento es un principio básico de la disciplina. No entable un debate con el niño, simplemente dígale lo que usted está haciendo y por qué. Una vez que haya tomado la decisión de lo que el niño puede y no puede hacer, apéguese a ella; así es que piense dos veces antes de decir “no”. Para ser efectiva la disciplina debe ayudar a organizar el cerebro del niño antes que desorganizarlo; por tanto debe ser consistente, consciente de lo que está haciendo y sensible al efecto que usted está teniendo en el sistema nervioso de su hijo. 

Nota: " La integración Sensorial y el niño" de A. Jean Ayres (Pag. 193-195)

¿Que es una dieta Sensorial?

Es un Programa individualizado de actividades diarias que ayudan al niños con DSI a mostrar un mejor desempeño, mas atento y adaptable. En este caso la dieta se refiere a actividades sensoriales y no a alimentos.Una dieta sensorial incluye varias combinaciones de actividades que son elegidas por el Terapeuta Ocupacional de acuerdo a las necesidades del niño.

Integración Sensorial y Dieta

“Aunque la intervención directa es la pieza fundamental en el proceso de tratamiento, la implementación de una dieta sensorial individualizada generalmente cubre las necesidades sensoriales del niño durante el Día” (Wilbarger, 1995).Patricia Wilbarger desarrolló las primeras estrategias de intervención con dieta sensorial frente a una defensa sensorial.
La forma de tomar esta dieta es a través de intervalos regulares a lo largo del día. Para que sea efectiva, la dieta debe incluir "pequeños platos principales y variedad de aperitivos".
La dieta sensorial permite al niño ampliar sus oportunidades para recibir input sensorial en intervalos frecuentes, conectándolo mas hacia las actividades que tiene que hacer diariamente.
Debe cubrir todos los momentos del día, sobretodo aquellos dentro de la escuela y la casa.

Recomendaciones Generales


Cada niño procesa la estimulación sensorial de manera diferente.
El terapeuta Ocupacional debe discernir en que medida y contexto las actividades son apropiadas.
Debe conjuntamente con los otros cuidadores del niño monitorear sus respuestas a las estrategias para determinar la efectividad de la dieta.




Lineamientos para elaborar una Dieta 

Establezca tiempos específicos durante el día para una secuencia estructurada, como después del desayuno, después del colegio y antes de dormir.
Si es posible, brindar actividades que el niño quiera.
Deje que el niño juegue directamente. Mientras “más” puede significar más, vigilar que el niño no se sobreexcite. “Alto” significa alto inmediatamente.
Durante la actividad, observe y escuche las señales no verbales: relajación y expresión placentera suguieren un disfrute de la actividad; susurros o risa descontrolada sugiere que es tiempo de calmarse.
Por la variedad, cambie la rutina y el entorno.
Revisar que la dieta sea “nutritiva” y cubra las diferentes necesidades del niño.

( Extracto de Autor: Lic. Pedro Sánchez V. (Terapeuta Ocupacional)

Tips II: Defensividad Táctil

Si su hijo presenta Defensividad Táctil (Hiperresponsividad a los estímulos táctiles) estas sugerencias pueden ayudarlo a sentirse más regulado durante todo el día:

  • Respete el espacio personal
  • Permita al niño tener el control del estímulo táctil que recibe
  • Evite actividades que impliquen tacto suave
  • Proporcione estímulos inhibidores como presión intensa y propiocepción. (ej: para saludarse en vez de darse un beso, abrazarlo fuerte/ jugar a empujar antes de entrar a la escuela )
  • Si va a realizar actividades que impliquen ensuciarse las manos, proporcione siempre antes presión profunda (por ejemplo tener a mano una toalla para limpiarse con presión)
  • Anticípele al niño verbalmente antes de tocarlo
  • Reduzca la sobrecarga sensorial del ambiente: Baje la voz, utilice luz natural, trabaje primero en espacios pequeños.
  • Evite actividades que incluyan tacto ligero.


La defensa tactil es un desorden sutil, pero serio. Por lo general el niño táctilmente defensivo es hiperactivo y distraído y este es el aspecto que más molesta a los padres y a los maestros. La incomididad permanente y las reacciones de comportamiento que este desorden ocaciona pueden interferir en los porcesos de aprendizaje del niño. Con mucha frecuencia el niño es inseguro emocionalmente. El desorden en el sistema tactil hace que las emociones se alerten facilmente. 
Jean Ayres pone el siguiente ejemplo para entender la defensividad táctil: Imagine que usted está recostado en una playa soleada con los ojos cerrados y siente el cálido sol en sus pies descalzos. Repentinamente alguien pasa un palito rápido, pero ligeramente por la planta de su pie. Aunque su sistema nervioso se encontrara en un estado relajado, probablemente ese estímulo le causaría enojo o susto, aunque no sea doloroso. Su racción hubiera sido menos si la persona hubiera pasado el palito lenta y firmemente sobre su piel. Es así porque las sensaciones del tácto rápidas y ligeras tienen a exitar el sistema nervioso más que las sensaciones firmes. No se requiere una sensación intensa para provocar una reacción negativa y eso es particularmente cierto en un niño con defensividad táctil.

Dispraxia y Escuela

Efectos de la dispraxia en el desempeño escolar:
  • Muchos niños con dispraxia tienen un pobre rendimiento escolar, pero no todos.
  • Es posible ser dispráxico y aprender adecuadamente, pero es mucho más díficil.
  • Ser brillante ayuda a compensar el problema, pero no necesariamente hace que el niño se sienta mejor.
  • Una representación corporal insuficientemente organizada interfiere con la escritura, con colorear y con el dibujo. Pero también vuelve torpe al niño y hace que se confundan cuando juegan con otros chicos en el recreo
Los niños dispráxicos sueles presentar las siguientes características:
  • Tiene destrezas motoras pobres (uso de tijeras, caligrafía)
  • Déficit espacial y de construcción
  • Dificultad para aprender algún deporte o actividades como nadar, andar en bicicleta
  • Son chicos torpes, se caen con frecuencia, con pobre equilibrio. Pueden preferir tareas sedentarias como leer.
  • Pueden presentar dificultades en matemática y otras destrezas académicas como deletrear o leer.
  • Pobre organización de la conducta.
  • Los hitos principales del desarrollo suceden dentro de los parámetros normales
  • Destrezas de autocuidado retrasadas (abrocharse la ropa, atarse los cordones, etc.)

¿Qué es la dispraxia del desarrollo?

              Es una disfunción cerebral que dificulta la organización de las sensaciones táctiles y en ocasiones también de las sensaciones vestibulares y propioceptivas e interfiere con la habilidad para la planeación motora. Las palabras del desarrollo indican que el problema empieza tempranamente en la vida del niño y que afecta su desarrollo a medida que éste crece.
              No podemos ver la integración sensorial insuficiente, pero si podemos ver la coordinación motora insuficiente. Por tanto la dispraxia  parece ser un problema motor, así como otros tipos de desórdenes de integración sensorial parecen ser problemas del aprendizaje académico. No podemos ver el problema en sí, únicamente podemos ver sus manifestaciones físicas. Al tratar de ayudar a estos niños, es importante recordar que el problema está dentro del niño, en la manera en que su cerebro procesa las sensaciones.

Manifestaciones de la dispraxia del desarrollo

El niño dispráxico cuenta con una planeación motora insuficiente, por lo que frecuentemente realiza  demasiada planeación motora en cada tarea. Cuando trata de aprender un juego o un deporte, lo tiene que planear a nivel motor una y otra vez porque “no se le pega”. Quiere aprender y lo intenta con ahínco, pero si representación corporal no le dice como aprender.
           Cuando la mayoría de los niños se encuentran frente a un juguete que requiere manipulación, saben inmediatamente que hacer con él. Si se trata de un barril, se meten dentro y ruedan, si es un pasamanos se trepan en él, si es un juego de bloques, construyen una torre. A veces no es lo que el fabricante de juguetes esperaba que el niño hiciera, pero el niño conoce su propio sistema nervioso y sabe como divertirse.
              Por otra parte, el niño dispráxico tiene menos sentido del cuerpo y de lo que este puede hacer. No se da cuenta de las oportunidades para divertirse; quizás se meta en el barril, pero no se le ocurra rodarlo; o quizás simplemente piense que el barril es un tacho de basura y lo ignore. Así, en vez de manipular los juguetes y crear oportunidades de diversión simplemente los empuja o los acomoda en filas. Los barriles, los pasamanos y otros juguetes grandes tampoco tienen significado para él porque su representación corporal está insuficientemente desarrollada.
            Un niño dispráxico inteligente puede ver como otros niños juegan con un juguete y puede entender lo que hacen, pero aún es incapaz de planear como jugar con ese mismo juguete. Impulsado por la necesidad de jugar con él, el niño lo empuja o lo jala demasiado fuerte y frecuentemente termina rompiéndolo. Su torpeza lo hace desordenado y propenso a los accidentes; en ocasiones en el esfuerzo de manejar su frustración  y los sentimientos de inferioridad, los destruye intencionalmente.
              El niño con una representación corporal  insuficientemente desarrollada tendrá dificultades para vestirse y para usar botones y cremalleras. ¿Cómo va a ponerse la ropa, si ni siquiera sabe cómo está diseñado su cuerpo? Atarse los cordones de los zapatos resulta especialmente difícil.
              Dado que las herramientas son extensiones del propio cuerpo, se requiere una representación corporal precisa y clara para usarlas. Los crayones, marcadores y lápices son las herramientas más comunes y una queja muy común de los maestros es que el niño tiene dificultad para aprender a escribir. Desafortunadamente la queja casi siempre es así:”es tan desordenado, debe aprender a ser más ordenado”. Pero el niño n o puede aprender a ser más ordenado si antes no integra las sensaciones del cuerpo.
              La facilidad con la que un niño se sienta y camina con frecuencia confunde a los padres. Recuerdan que su hijo se sentó a la misma edad que otros bebes, que también aprendió a caminar a la edad de otros niños y ahora camina hacia una silla y se sienta en ella sin ningún problema, por tanto esperan que se vista y se ate los cordones de los zapatos tan bien como cualquier otro niño. Pero caminar y sentarse están basado en una programación central y no es ahí donde reside el problema del niño. Los padres que no entienden que el problema práxico es otra cosa, a menudo dicen “podría hacerlo si en verdad quisiera o si se esforzara lo suficiente”, y no se dan cuenta del esfuerzo que implica hacerlo.
               Los padres llegan a confundirse al ver que su hijo aprende habilidades postizas específicas. Si el niño dispráxico es brillante, puede aprender una tarea específica como abotonarse la ropa a fuerza de practicar durante mucho tiempo, hasta que su cerebro logra  formar ese mensaje motor específico. Pero sigue careciendo de la habilidad generalizada para la planificación motora, por lo que otras tareas le siguen resultando igual de díficiles. Es bueno tener habilidades postizas, pero estas no ayudan al cerebro a aprender más.
                En una ocasión un niño comentó: “no puedo hacer y pensar al mismo tiempo; primero tengo que pensar y luego hacer”. El tener que pensar durante cada movimiento nuevo que realizamos, nos consume muchísima energía. Sin la habilidad espontánea de planear que resulta de una buena integración sensorial se requiere un tremendo esfuerzo mental para entender como son las cosas. Para el niño dispráxico, simplemente no vale la pena gastar toda su energía para hacer algo que todos los demás hacen tan fácilmente.


Nota: El artículo fue extraído de "La integración Sensorial y el niño" de Jean Ayres

Tips para el hogar

           Los niños con un alto umbral neurólogico para los estímulos vestibulares, necesitan una gran cantidad de estímulo para que su sistema nervioso lo detecte. Sin embargo no es lo mismo cualquier tipo de movimiento: es diferente el movimiento lineal (que puede dar una hamaca) que el movimiento giratorio (que da una calesita).
          Recordar siempre que la estimulación vestibular lineal, sostenida y con una velocidad estable y lenta le permitirá al niño organizarse e interactuar en forma más calma y bajará sus niveles de actividad cuando los mismos se encuentren elevados. La misma puede ser provista a través de hamacas, sillas mecedoras, pelotas, hamaca paraguaya, etc. Puede acompañarse de información propioceptiva (peso externo contra resistencia como por ejemplo tirar de una soga para autohamacarse, abrazarlo de forma firme sobre nuestro cuerpo, etc.). Puede brindársela jugando a embocar bolsitas con peso en un canasto, derribando objetivos con una pelota, tiro al blanco, a empujar una pelota grande y pesada, etc. Se recomienda brindar este tipo de estimulación antes de la hora del sueño para ayudarlo a bajar su nivel de alerta y lograr más fácilmente el sueño.
En cambio la estimulación vestibular orbital, giratoria o irregular tiene efectos excitantes y por lo tanto más desorganizantes.

Una estimulación vestibular adecuada ayudará al niño a bajar su nivel de alerta , el cual puede estar tan alta que le impida concentrarse en una actividad y prestar atención. Si su niño ha sido diagnosticado con hiporesponsividad al movimiento y presenta problemas de atención darle la oportunidad de moverse de manera lineal y continua al momento de trabajar y lo ayudará a prestar atención y concentrarse!!

Defensividad Oral por Gloria Chumbita

“Si es selectivo con la alimentación? Ni hablar…..come solo un rango de comidas”
“….tiene que estar a una cierta temperatura que el sabe y que yo aprendí cual es!” 
“Si intento engañarlo poniendo otra hamburguesa en la caja de las que el siempre come, apenas llega a su boca  se da cuenta y la escupe.” 
“Imposible mezclar comidas” 
“ esta gordo pero no tiene variedad en su comida..” , “esta por debajo del peso y ya no se que hacer para que se alimente mejor” “incorporar algo nuevo en su comida es una verdadera odisea”“Yo no entiendo: es tan selectivo con lo que come y a la vez  se lleva todo lo que encuentra  a la boca, no es una contradicción para UD?”
Estas frases y muchas otras las escuche un sin fin de veces cuando como Terapista Ocupacional entrevisto a los padres que vienen a una consulta y tomo una historia sensorial, y les pregunto Sobre la  sensibilidad oral y  la alimentación de su hijo.-  Uds. También se identifican conmigo?
En muchas ocasiones,  las dificultades con la alimentación, son  un síntoma mas de una problemática en el procesamiento sensorial general.-  Pero Porque preocupa la alimentación y no así la odisea del dentista, o  que no quiera dar besos,  o que no quiere cepillarse los dientes o que se lleva las cosas a la boca. Por lo que UD. Esta pensando, esta es una Ocupación fundamental en la vida de cualquiera de nosotros y tiene que ver con nuestra supervivencia, pero no es menor que la ocupación de alimentarnos tiene que ver con otra que es la de socializar, en muchas regiones de nuestro país, por ejemplo en donde yo vivo, aun sentarnos alrededor de la mesa es un rito sagrado, en el que la familia o los amigos alimentan también la vida.- Por lo cual, no solo les  preocupa  a los papas que   la nutrición  no sea adecuada  sino también que este momento vivido en general como de  “alegría y Placer” sea  para muchos una verdadera “tragedia”.-
Muchos niños que tienen este tipo de problemática no solo con la alimentación sino también con todo aquello que se relaciona con la zona orofacial puede deberse a   un déficit llamado: 
Defensividad o Hipersresponsividad oral.


La Defensividad  oral: “Es evitar ciertas texturas de alimentos o la irritación  con actividades en las que se usa la boca. Los patrones de Evitación son únicos para cada individuo  (Wilbarger, 1991)”.- Es un modo de Hiperrespuesta a los estímulos  táctiles, pero eventualmente  puede involucrar  a los gustativos y/u Olfativos.- Es uno de Los síntomas más precoces que podemos encontrar como evidencia de Déficit de Procesamiento sensorial.
En general es parte de la defensiva sensorial Y es uno de las dificultades dentro de la Deficits de Procesamiento sensorial que es difícil de abordar, porque  la zona oro facial, es  un espacio intimo, que conlleva la impronta de los primeros vínculos desde los cuales nos relacionamos con el ambiente y las personas y esta relacionado con la supervivencia .- Recordemos además que el área mas sensible del cuerpo, es la cara y no por nada esta dotada esta zona no solo de una gran cantidad de receptores sino también de una vía especifica que lleva la información  a la corteza.-
Los síntomas más comunes son:
  • Preferencias extremas por comidas Y  un limitado repertorio de comidas.-
  • Son resistentes a probar nuevas comidas  o alimentos.-
  • Evitan ciertas texturas de alimentos preferentemente  las mezclas de Texturas
  • Pueden hacer arcadas frente a determinado tipo de comidas
  • A veces solo comen comidas Tipo puré o de consistencias suaves mas allá de los 2 años
  • Comen solo comidas frías o comidas calientes
  •  Pueden Evitar comidas que involucren lamer
  • Pueden tener dificultades con la succión, deglución y/o eventualmente masticación
  • Evitan comidas condimentadas, o dulces prefieren comidas sosas
  • Toman los alimentos de la cuchara con los dientes, mastican rápidamente y tragan el alimento con bebida
  • No se ensucian alrededor cuando comen.
  • Tienen aversión a lavarse la cara y los dientes
  • El lavado de cabeza suele ser una tarea difícil al igual que el peinado
  • La visita al dentista es imposible o caótica
  • Evitan dar besos o ser besados, ponen la cara o la cabeza
  • Pueden estar levemente retrasadas las praxias orales verbales y no verbales pero  muchas veces por falta de experiencia.-

Es muy importante valorar cuando de la alimentación se trata, cuales son los síntomas presentes e identificar  si hay aversión a estímulos táctiles solamente, o si la hay también hacia los estímulos que involucran el gusto y el olfato, con lo que cual el tratamiento se complejiza y requerirá del uso de diversas estrategias que apunten a modular el procesamiento sensorial de estos sistemas sensoriales, y  a indicar  una programación de alimentos que incorpore gradualmente esas modalidades sensoriales.-





Este artículo fue escrito por la Lic. Gloria I Chumbita, Licenciada en TO. Es Directora del Centro de Rehabilitacion Neurologica. Presidente AISA (Asociacion Integracion Sensorial Argentina) y Profesora de la Universidad Nacional de la Rioja 

Sistema Propioceptivo

Se refiere a la percepción de movimientos en articulaciones y en el cuerpo, así como de la posición del cuerpo y de segmentos del cuerpo en el espacio.  Es la habilidad de recibir la información desde las terminales nerviosas de músculos, tendones y articulaciones, y poder integrarla en el cerebro.

La propiocepción nos habilita para verificar cuál es la orientación espacial de nuestro cuerpo o de parte del cuerpo en el espacio, la sincronización de los movimientos y su velocidad, la fuerza ejercida por nuestros músculos y cuánto y a qué velocidad se contrae un músculo.  Es la que nos permite saber si tenemos las piernas cruzadas en este momento aunque no las podamos ver porque están debajo de la mesa.

¿En qué procesos interviene?
  1. Discriminación y localización de partes del cuerpo en el espacio
  2. Graduación de la fuerza de contracción (para determinar por ejemplo cuán fuerte agarro un objeto)
  3. Timing del movimiento
  4. Retroalimentación de respuestas motoras activas que asisten a la internalización de patrones motores
  5. Contribuye al desarrollo de las reacciones de enderezamiento
  6. La habilidad de soporte / cambio de peso
  7. Funciones manuales
  8. Control motor oral

 El niño con problemas en esta área puede:
  •  Agarrar objetos demasiado firme o débilmente
  • No percibir cambios posturales en su cuerpo
  • Ser torpe y romper juguetes
  • Buscar actividades en las que tenga que saltar, empujar, golpear, chocar o tirar
  • Rechinar sus dientes
  • Morder objetos no comestibles como juguetes
  • Parecer débil o que sus músculos son blanditos.

 Cuando  las Terapista Ocupacionales evaluamos este sistema en un niño buscamos detectar si el niño presenta los siguientes signos de hiporesponsividad:
  • Falta de fluidez en las secuencias de movimiento
  • Tono muscular disminuido
  • Pobre graduación de la fuerza muscular.
  • Tendencia a “apoyarse” o empujar a sus cuidadores.
  • Utilización de estímulos propioceptivos para auto - organizarse

Respuesta Adaptativa

¿Que buscamos en las sesiones de Integración Sensorial? Respuestas adaptativas.  Pero  a qué nos referimos cuando hablamos de respuestas adaptativas? Aquí una muy breve explicación:
Es una respuesta exitosa o apropiada del individuo a una demanda del ambiente.Las respuestas adaptativas crean cambios dentro del cerebro.

Tipos de respuestas adaptativas:
        a) Control motor
        b) Interacción social
        c) Organización de la conducta
        d) Flexibilidad, aceptación del cambio
        e) Habilidad para utilizar experiencias sensoriales para automodularse
        f) Lenguaje

Según la problemática de cada niño, será el tipo de respuesta que buscaremos. Por ejemplo en un niño con TGD solemos buscar Interacción Social, organización de la conducta y  Flexibilidad. Pero en un niño con ADD que presente características de hiporresponsividad  vestibular buscaremos control motor, organización de la conducta y automodulación. Cada caso es particular por eso no es posible decir que siempre, en casos similares, buscamos las misma respuestas adaptativas. Esto es sólo a modo de ejemplo.¡Espero haber podido aclarar un poquito el panorama!

La integración Sensorial según Isabelle Beaundy

La teoría de la integración sensorial es una respuesta científica a múltiples y muy diversos problemas infantiles de aprendizaje, comportamiento, desarrollo y descoordinación motriz, tales como la hiperactividad, la mala inserción escolar, las disfunciones relacionadas con el autismo o las dificultades en el proceso de alimentación.
Podemos definir la integración sensorial como la capacidad que posee el
 sistema nervioso central (S.N.C.) de interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo. Dichas informaciones, recibidas por el cerebro, son analizadas y utilizadas para permitirnos entrar en contacto con nuestro ambiente y responder adecuadamente.

La teoría de la integración sensorial fue creada para abordar problemas de aprendizaje en los niños. Se trata, más que de una técnica específica, de un enfoque terapéutico. Su creadora fue la doctora Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, que formuló dicha teoría de la integración sensorial a partir de sus propias investigaciones y estableció también la
 evaluación y el tratamiento de las disfunciones de integración sensorial.

Ayres se interesó, inicialmente, por los problemas perceptivos cuyo origen se encontraba en los traumatismos craneanos, los accidentes cerebro-vasculares y la parálisis cerebral. En los años sesenta del pasado siglo, después de haber completado estudios de doctorado y post-doctorado en neurofisiología, comenzó a formular hipótesis sobre los procesos neurobiológicos susceptibles de ser asociados con los problemas de aprendizaje en los niños, y creó una
 evaluación sistemática para poder medir las funciones perceptivo-motrices.

Sus primeros conceptos teóricos se basaron en estudios de neuroanatomía, neurobiología y neurofisiología. Durante más de veinte años realizó numerosas investigaciones clínicas tanto con niños normales como con niños afectados por problemas de aprendizaje, para las cuales utilizó las evaluaciones que había creado.

Dichas evaluaciones fueron perfeccionadas por la propia Ayres a lo largo de sus investigaciones y en la actualidad sirven para medir los distintos procesos neurológicos que contribuyen a la capacidad de aprender. Los resultados de las evaluaciones de los niños normales permitieron la elaboración de escalas de actuación media según la edad. El análisis de estos resultados permitió que se identificaran varios tipos de disfunciones de integración sensorial.

Jean Ayres estableció unos criterios muy rigurosos para la administración y el análisis de sus evaluaciones. Por ello, se necesita una formación específica para poder evaluar y tratar disfunciones de la integración sensorial. Los cursos de formación en
 evaluación y tratamiento de problemas de integración sensorial impartidos en todo el mundo están abiertos exclusivamente a terapeutas ocupacionales.


El proceso de la integración sensorial 

La integración sensorial es un proceso neurológico y la teoría de Ayres establece la relación existente entre dicho proceso neurológico y el comportamiento. Ayres desarrolló su teoría de integración sensorial con el objetivo de describir, explicar y predecir las relaciones específicas entre el funcionamiento neurológico, el comportamiento sensori-motor y el aprendizaje académico. Esperaba poder identificar patrones de disfunción entre los niños con problemas de aprendizaje y poder desarrollar tratamientos específicos. Buscaba, ante todo, poder explicar las causas de estos problemas con el fin de determinar el tratamiento óptimo.

Ayres define la disfunción de integración sensorial como un mal funcionamiento de la organización de la información dentro del S.N.C., el cual no consigue organizar los impulsos sensoriales para poder darle al individuo una información adecuada y precisa sobre él mismo y su ambiente. Esta disfunción suele reflejarse en el comportamiento y en la coordinación motora.

Para entender esta definición, Ayres propone la siguiente analogía: el S.N.C. es como una ciudad y los impulsos nerviosos son como la circulación de los vehículos por sus calles. Un buen proceso de integración sensorial permite una circulación fluida y que todos lleguen a su destino rápidamente. Una disfunción de la integración sensorial es un tipo de atasco en el cerebro. En la disfunción de integración sensorial, parte de la información sensorial queda atrapada en el atasco y algunas partes del sistema nervioso no reciben la información que necesitan para poder realizar su trabajo.

Es importante distinguir entre las disfunciones de integración sensorial y otras condiciones que pueden causar problemas de aprendizaje. Una disfunción de la integración sensorial es un mal funcionamiento y no una ausencia de función. Por ejemplo, la persona ciega no recibe información visual, lo cual es una ausencia de función. Una lesión en la parte del S.N.C. que dirige los músculos causa un problema neuro-muscular, lo cual no es una disfunción de integración sensorial. Las disfunciones de la integración sensorial no son siempre la causa de los problemas académicos existentes, que pueden deberse a múltiples motivos como, por ejemplo, a una vida afectiva perturbada.

Según Ayres, las causas de disfunción de la integración sensorial podrían ser las siguientes: problemas durante el parto, factores hereditarios y químicos o bien una
 falta de estimulación sensorial. Los síntomas son la hiperactividad y la distracción, problemas de lenguaje, problemas de comportamiento, ligeros problemas de coordinación y de control postural y problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas).

Niños con problemas de aprendizaje y/o comportamiento debido a una mala integración sensorial

Existen niños normales, incluso con niveles de inteligencia superiores a la media, pero que no perciben el mundo que les rodea como los demás. Tienen reacciones emotivas exageradas y no pueden soportar cambios en su rutina diaria. No son capaces de atender en clase, no comprenden bien lo que se les explica, parecen vagos, tienen graves problemas con la lecto-escritura y/o no pueden estar quietos ni un instante. Son candidatos ideales al fracaso escolar y a caer en la pérdida de la autoestima. Los castigos o las clases particulares complementarias no surten mucho efecto. ¿Por qué todo esto? Padecen un problema de integración sensorial. La información que llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa desorganización.

Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños se deben a una mala integración sensorial. Pero los expertos (Carte y otros, 1984.
Developmental and Behavioral Pediatrics, 5 (4), pp.189-194) consideran que un 70 por ciento de dichos problemas son causados, en modo más o menos directo, por disfunciones en la integración sensorial.

La teoría de la integración sensorial aplicada a niños que padecen este problema se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los proprioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de estos pequeños de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de la mayoría de los niños.

Las deficiencias en el
 procesamiento sensorial se manifiestan frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de evitación de estímulos. En ambos casos, la consecuencia es que el niño se mueve mucho, lo cual interfiere tanto en su capacidad de prestar atención como en su comportamiento, que muchas veces no es el que los demás esperan de él. Asimismo, ese procesamiento sensorial anómalo provoca que al pequeño le resulte difícil filtrar, seleccionar los diversos estímulos sensoriales que recibe. Porque atiende en la misma medida a la sensación de la ropa sobre su piel, que al ruido de un camión en la calle o a la voz de la maestra en clase. Es decir, su cerebro no es capaz de inhibir las sensaciones sin relevancia para atender solamente a las que la tienen.

Por ello, porque es una circunstancia que está fuera del control voluntario del individuo afectado, la política de castigos y recompensas -aunque puede ayudar a mejorar algo el comportamiento del niño- no soluciona el problema, que a menudo provoca una pérdida de autoestima y un aislamiento académico.



Nota: La autora de este artículo es Isabelle Beandry, Terapista Ocupacional, fundadora del primer Centro  en España especializado en Integración sensorial. Inició su especialización en integración sensorial como discípula de Marie-Josée Tessier. Posteriormente enriquecería sus conocimientos de integración sensorial con terapeutas como Erna Blanche, Gina Geppert y Zoe Mailloux, y más tarde obtuvo la certificación en integración sensorial otorgada por la Universidad de California del Sur y Western Psychological Services (EE. UU.). Es autora de numerosos libros, referente de la integración sensorial en España.

Sistema Táctil

El sentido del tacto (o la percepción táctil ) es uno de los más importantes sentidos y quizá el más conocido de los tres sistemas sensoriales básicos. Es la habilidad de recibir e interpretar estímulos a través del contacto con la piel.
Es el más extenso de nuestro cuerpo. Es donde comienza nuestro primer aprendizaje, nuestra relación con el mundo. Inicia su desarrollo muy tempranamente después de la concepción y esta completamente activo mucho antes de que el bebe nazca.
Al igual que los otros sentidos juega un importante papel en la integración sensorial, trabaja para darnos información acerca de muchas cosas “sin que las veamos” y así nos ayuda a desarrollar destrezas motoras, a armar nuestro esquema corporal y  a sentirnos más confortables en el mundo que nos rodea.
Para trabajar el Sistema táctil tiene distintos tipos de receptores diferentes para cada tipo de estímulo (uno que detecta calor, otros frío, otros dolor y otros presión profunda)

Tipos de respuestas normales al estímulo táctil
  1. Respuestas Protectoras: Respuestas socio/emocionales al tacto
  2. Respuestas Integrativas: 
              - Discriminación y localización del estímulo
              - Desarrollo de habilidades motoras orales
              - Destrezas de manipulación
              - Esquema corporal
              - Habilidades de planificación motora

Para darnos cuenta de lo importante que es el procesamiento táctil en el desarrollo motor fino les propongo un ejercicio: traten de embocar una llave en la cerradura con los guantes puestos  o quizás buscar monedas en una billetera. Así lo siente un niño que tiene un bajo registro táctil. Pensemos cuántas cosas hacemos sin mirar sólo guiados por el tacto: buscar las llaves en la cartera, subir un cierre

¿Qué características presentan los niños con un problema de modulación en esta área? Las deficiencias en el procesamiento sensorial se manifiestan frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de evitación de estímulos. Como vimos en el post sobre la modulación sensorial podemos encontrar dos tipos  de reacciones ante el estímulo:

Hiporresponsivo: Estos niños pueden presentar alguna de las siguientes conductas:
  • Poner objetos en su boca para explorarlos
  • Preferir andar descalzo
  • Tener dificultades para realizar actividades que requieran de manipulación
  • Tener dificultades con tareas de coordinación motora gruesa
  • Tener dificultades motoras orales
  • El niño presenta bajo umbral del dolor


 Hiperesponvivo (defensibilidad táctil)
  • Manifestar desagrado al andar descalzo o que le saquen los zapatos.
  • Alejarse del tacto suave
  • Parecer irritado por ropa con pelusitas
  • Preferir tocar a ser tocado
  • Resistirse a vestir ropa nueva o irritarse con las etiquetas
  • Manifestar desagrado al comer algunos alimentos
  • Manifestar desagrado al ser peinado, que le laven los dientes o el rostro
  • Evitar meter sus manos en pintura para dedos, arena, pegamento, arcilla
  • Irritarse al ser tomado por otras personas que no sean su cuidador habitual (llora durante el tratamiento)
  • Tendencia a caminar en puntas de pie
  • Llorar cuando le lavan el cabello o cuando se le cortan las uñas.
  • Evitar usar sus manos o tomar cosas con las manos abiertas.
Más adelante hablaremos de que actividades podemos implementar en casa para disminuir estas conductas y colaborar en un procesamiento más adecuado de los estímulos táctiles.