¿Qué es la integracion sensorial y para que sirve? VIDEOS Español

Aquí algunos videos subtítulados en español y muy buenos que nos explican un poco que es la integracion sensorial! Las terapeutas que se presentan en los mismos son reconocidas internacionalmente por sus trayectorias.
A no perderselos!







Estudios sobre la Prevalencia del TPS

Estudios realizados por la SPD fundation hablan de la prevalencia del trastono de Procesamiento sensorial: 1 de cada 6 ninios de entre 7 a 11 anios muestran síntomas relacionados al Trastorno de Procesamiento sensorial....

What is the prev...alence of SPD?

 In a study of children born between July 1995 and September 1997 in the New Haven, CT area 16% of 7 to 11 year olds had symptoms of SPD-SOR (Ben-Sasson et al., 2009). That is the same as 1 in 6 children. An earlier study in younger children (Ahn et al., 2004) found a prevalence of 5%, which is 1 in 20 children.
Fuente: http://www.spdfoundation.net/newresearch/

Trastorno de Procesamiento Sensorial


El trastorno del procesamiento sensorial (TPS) es una condición neurológica compleja que afectaría las habilidades funcionales de un gran porcentaje de niños. Las personas con TPS malinterpretan la información sensorial, como el tacto, sonido y movimiento, llegando a sentirse abrumados por los estímulos cotidianos, lo que los lleva a tener reacciones impulsivas o a evitar ciertas experiencias. Cuando hay una disfunción de procesamiento sensorial, el cerebro no procesaría ni organizaría el flujo de impulsos sensoriales y como resultado pueden manifestarse además problemas de aprendizaje o de comportamiento. Recientemente la Academia Americana de Pediatría instó a revisar este diagnóstico, buscando la presencia de otro trastorno del desarrollo de base como el autismo, el déficit de atención con hiperactividad, el trastorno del desarrollo de la coordinación o de ansiedad cuando un niño muestra signos de problemas sensoriales.
La Dra. Jean Ayres, pionera de la terapia ocupacional en los Estados Unidos fue la primera especialista en describir un conjunto de conductas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente más tarde definido como Trastorno del procesamiento sensorial (TPS).
Se trata de un trastorno complejo del cerebro que afecta la manera en que se experimentan las sensaciones (vista, sonidos, tacto, olfato, gusto y movimiento) y su organización dentro del comportamiento.
Para Ayres, este trastorno es comparable a un "atasco" neurológico que impide que ciertas áreas del cerebro reciban la información necesaria para interpretar los estímulos sensoriales correctamente. Una persona con esta condición tiene dificultades para procesar y actuar sobre la información recibida a través de los sentidos, lo que crea dificultades en la realización de un sinnúmero de tareas cotidianas: dificultades motoras, problemas de comportamiento, ansiedad, depresión, fracaso escolar, serían sólo algunos de los impactos que puede provocar este trastorno.
Mientras que la mayoría de las personas tienen dificultades de procesamiento de información sensorial muy ocasionalmente, para los niños y adultos con este trastorno, estos problemas son crónicos y perturban su vida cotidiana.
Los síntomas del TPS se producen dentro de un amplio espectro de gravedad y frecuentemente los signos del desarrollo sensorial incorrecto son sutiles, lo cual se presta para que sean mal interpretados. Muchos de los niños que padecen un TPS suelen ser etiquetados como desobedientes, traviesos, inquietos o malos estudiantes, cuando en realidad lo que determina su comportamiento es algo que los excede. De allí que la detección precoz de esta dolencia sea fundamental para poder prevenir serias derivaciones que afecten los procesos de aprendizaje y puedan obstaculizar o frenar la escolarización.
El TPS puede afectar a un solo sentido, ya sea el tacto o la vista, o involucrar múltiples sentidos. Una persona afectada excesivamente por la esta condición puede encontrar insoportable la sensación que le provoca tocar una prenda, la iluminación de un ambiente o determinados sonidos.
También existen niños que se encuentran afectados por un inadecuado procesamiento sensorial de los mensajes que reciben desde los músculos y las articulaciones, lo cual puede producir un deterioro de la postura y las habilidades motoras, esto muchas veces es confundido con simple torpeza.
Por otra parte, existen manifestaciones del TPS donde podemos ver niños que, en vez de buscar evitar determinadas sensaciones, sienten un gran apetito respecto a algunos estímulos. Estos niños a menudo son diagnostican erróneamente con TDAH.
La mayoría de los niños con Trastorno de procesamiento sensorial son tan inteligentes como sus compañeros de escuela. Simplemente sus cerebros se encuentran conectados de manera diferente. Por lo tanto necesitan que se les enseñe de manera que los contenidos estén adaptados a la forma en que procesan la información, como también necesitan actividades de ocio que se adapten a sus propias necesidades de procesamiento sensorial.
Una vez que los niños con TPS hayan sido correctamente diagnosticados y se beneficien de un programa de tratamiento de terapia ocupacional con Integración Sensorial u otro tipo de abordaje especializado, la calidad de vida puede mejorar notablemente.

Causas, incidencia y rasgos generales
Un estudio llevado a cabo en 2004 (Ahn, Miller, Milberger, McIntosh) reveló que al menos 1 de cada 20 niños se ven afectados diariamente por el por el TPS. Otro estudio, realizado por el Grupo de trabajo científico del Trastorno de procesamiento sensorial (Ben-Sasson, Carter Briggs-Gowen, 2009) sugirió que 1 de cada 6 niños experimenta síntomas sensoriales que pueden ser lo suficientemente importantes como para afectar aspectos de las funciones de la vida cotidiana.
Los especialistas en este trastorno aseguran que, a pesar de la gran incidencia, muchos casos no llegan a alcanzar su diagnóstico debido a que muchos profesionales de la salud no están capacitados para reconocer los problemas sensoriales. Las investigaciones de la Dra. Lucy Miller, terapeuta ocupacional estadounidense, revelaron que si bien TDAH y el TPS son dos diagnósticos distintos, es frecuente que coexistan. En su estudio realizado sobre 2.410 niños previamente diagnosticados con TPS o TDAH, encontró que el 60% de dichos niños padecía en realidad ambos trastornos.
En los Estados Unidos, país donde se ha avanzado notablemente en el estudio de esta dolencia, existen distintas entidades como La Fundación del Trastorno de Procesamiento Sensorial, que se dedican a la investigación de estos temas, la divulgación social y la capacitación de profesionales para el reconocimiento de sus síntomas, el tratamiento y la defensa de las personas que viven con el trastorno de procesamiento sensorial y los problemas sensoriales asociados con otras condiciones.
El Trastorno de procesamiento sensorial es más comúnmente diagnosticado en niños, pero las personas que alcanzan la edad adulta sin tratamiento continúan experimentando los síntomas y siguen siendo afectadas por su incapacidad para interpretar con precisión y de manera apropiada determinados mensajes sensoriales. Estas personas pueden ver seriamente afectadas sus rutinas y actividades laborales, sus relaciones íntimas y su vida social y recreativa, estando expuestas a experimentar depresión, bajo rendimiento, aislamiento social y otros efectos secundarios.
La causa exacta del trastorno de procesamiento sensorial, al igual que las causas del TDAH y de tantos otros trastornos del desarrollo neurológico, no han sido aún identificadas. Sin embargo, los estudios preliminares y las investigaciones sugieren que el TPS es a menudo heredado. A partir de esta teoría se puede suponer que las causas del desorden estén codificadas en el material genético del niño. De todos modos no se ha descartado aún que dichas anomalías puedan estar relacionadas con complicaciones del embarazo o del parto, como también podrían relacionarse con determinados factores ambientales.
Como se mencionó anteriormente, las primeras manifestaciones del TPS pueden observarse en diferentes ámbitos del desarrollo y comenzar a presentarse muy sutilmente: problemas de sueño, trastornos alimenticios, bajo rendimiento escolar, dificultad para relacionarse y problemas de conducta.
En su guía de reconocimiento del TPS, la Lic. Isabelle Beaudry Bellefeuille, presidenta de de la Asociación Española de Integración Sensorial (AEIS) y de la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales del Principado de Asturias (España), ofrece una serie de signos que deben ser tenidos en cuenta como anticipatorios de una visita al especialista, entre ellos señala:
-Irritabilidad y llanto sin motivo.
-Rechazo ante ciertos alimentos por sus texturas, sabores u olores.
-Rechazo a ciertos cuidados de higiene, como lavarse la cabeza, la limpieza de los oídos, cortarse el pelo, cepillarse los dientes, cortarse las uñas, etc.
-Mostrar fuertes preferencias o antipatías por ciertas prendas de vestir, le molestan los zapatos, se queja de arrugas en las medias, rechaza el uso de gorros, etc.
-Rechazo a tocar ciertos materiales como la arena, pintar con los dedos o modelar con plastilina.
-Excesiva preferencia por los juegos de dar vueltas, los columpios y los parques de atracciones. El niño no parece marearse nunca.
-O al contrario, el evitar todo tipo de movimiento brusco.
-Rápido cansancio en las actividades físicas.
-Torpeza que sobresale ante otros niños de su edad.
-Baja autoestima y pocas amistades.
Para Beaudry, si se observan 2 o 3 de estos signos, y además el niño presenta dificultades de conducta, atención, aprendizaje o coordinación motora, es aconsejable remitirlo a un terapeuta ocupacional especializado en la detección y evaluación de trastornos sensoriales.
Para una más amplia comprensión, a continuación describiremos las distintas áreas afectadas por el trastorno y los sentidos que más comúnmente sufren de una mayor o menor sensibilidad a determinados estímulos.
Dificultades relacionadas con el tacto: Las evaluaciones por parte de terapeutas ocupacionales especializados en integración sensorial revelan que muchos niños diagnosticados con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son hipersensibles al tacto. Las distintas maneras en cómo un niño responde ante el tacto puede proporcionar claros indicios sobre el estado de su integración sensorial. Es común ver que niños afectados por este trastorno rehúyan del contacto físico, llegando incluso a reaccionar violentamente como si se tratase de una agresión. También puede suceder que busquen una mayor estimulación táctil, revolcándose, provocando juegos de contacto brusco o manifestando cierta insensibilidad ante los golpes. En este caso nos encontraremos frente a un niño hipo-responsivo al tacto, donde el contacto puede funcionar como un tranquilizante, y por eso los veremos tocándose repetidas veces el pelo, las orejas o los labios. También se podrá percibir cierta torpeza en las actividades que impliquen el desempeño de la motricidad fina.
Esta hipersensibilidad puede ser confundida con un carácter arisco, antipático o agresivo, cuando en realidad se trata de reacciones ante una sensación que se experimenta con mucho desagrado. “El niño con hipersensibilidad táctil se encuentra frecuentemente en un estado de alerta elevado, lo cual es absolutamente incompatible con la concentración y el aprendizaje”, afirma Beaudry.
Dificultades motoras y torpeza: Es frecuente que un niño que es hipo-responsivo al tacto también sea hipo-responsivo al estímulo propioceptivo, es decir a percibir los movimientos de las articulaciones y de todo el cuerpo, su posición, sus partes, la velocidad y la dirección del movimiento y la fuerza generada por los músculos. Este aspecto puede desencadenar toda una serie de problemas con las habilidades motoras y otras habilidades necesarias para el éxito escolar y los logros de la infancia, lo cual puede derivar en aislamiento social y baja autoestima.
En muchos casos, este trastorno específico puede estar ligado a un mal desempeño del sistema vestibular. Como describe la especialista Isabelle Beaudry, “algunos niños son hipersensibles al estímulo vestibular y reaccionan de manera exagerada al movimiento y a cualquier desplazamiento de su eje corporal fuera de la verticalidad. Estos niños son excesivamente cautos y frecuentemente llamará la atención su falta de exploración del ambiente. La dificultad para regular el nivel de actividad y los problemas para mantener la atención son frecuentes en los niños que son hiporresponsivos al estímulo vestibular”. El órgano receptor del sistema vestibular se sitúa en el oído interno y posee extensas conexiones con muchas áreas del Sistema Nervioso Central, desempeñando un importante rol en la conciencia subjetiva de la posición del cuerpo y del movimiento, en el tono postural, el equilibrio y en la estabilización de los ojos durante los movimientos de la cabeza.
Puede suceder que los niños con esta condición tengan la necesidad de estimular su sistema vestibular a través de movimientos y juegos que impliquen la acción de mecerse o buscar cierto vértigo, e incluso puede que lleguen a la autoagresión. Estas reacciones pueden interferir con su capacidad para mantener la atención y permanecer quietos ante los requerimientos escolares. Estas conductas muchas veces se han confundido con señales propias del autismo.
Dificultades relacionadas con la audición: Al igual que en las descripciones anteriores, podemos encontrarnos con niños que manifiesten comportamientos oscilantes o contradictorios. Puede que los niños afectados en el sentido de la audición se quejen ante pequeños ruidos y por otra parte les divierta mucho experimentar la sensación que les producen sonidos estruendosos.
También puede suceder que el niño tenga dificultades para reconocer las diferencias sutiles entre los sonidos y las palabras. En estos casos la neuropatía auditiva y el trastorno de procesamiento auditivo pueden solaparse o presentar síntomas muy similares. En tal caso es posible que se presenten síntomas como dificultades para prestar atención y recordar exposiciones orales, problemas para llevar a cabo instrucciones de varios pasos, capacidad de escucha insuficiente, necesidad de más tiempo para procesar la información, bajo rendimiento académico y dificultad para el lenguaje (lectura, comprensión, ortografía y vocabulario).
Dificultades relacionadas con el gusto y el olfato: Ambos son sentidos considerados comúnmente como menores, pero cuando sufren algún tipo de trastorno o deterioro pueden afectar la calidad de vida en distintos aspectos.
Muchos niños con dificultades en estas áreas pueden ser etiquetados como caprichosos, exagerados o maniáticos respecto a sus inquietudes a la hora de comer o ante determinados olores. Pero esta actitud no debe ser subestimada ya que el sentido olfativo ayuda a los niños a aprender, les advierte de los peligros y se encuentra muy ligado a los archivos de los recuerdos emocionales. La hipersensibilidad olfativa puede convertirse en un serio problema cuando interfiere con el aprendizaje, generando una actitud defensiva que llega a distraer la atención del niño. Del mismo modo, la hiposensibilidad puede conducir a comportamientos vergonzosos o inapropiados.
Dificultades relacionadas con la vista: Se encuentran relacionadas con deficiencias en la información que llega desde los ojos, aun cuando estos órganos están en condiciones físicas perfectas.
Este desorden puede manifestarse con problemas para distinguir entre formas y letras impresas, o para distinguir los objetos en primer plano de los que se encuentran en el fondo. Un niño evidencia estos síntomas al entrecerrar continuamente los ojos o mirar hacia abajo, evitando el contacto visual, frotándose los ojos periódicamente, permaneciendo como hipnotizado ante determinados colores o luces, modificando su comportamiento bajo luces brillantes o la luz solar, con sensibilidad a la luz, o presentando dificultades para subir las escaleras o escaleras mecánicas.
A estas reacciones puede unirse la dificultad para aprender a leer o escribir, aunque se pueda notar que, fuera de las tareas que implican el trabajo en el cuaderno o el pizarrón, son buenos alumnos.
Tal como advertimos el TPS puede influir en un amplio espectro de actividades y circunstancias de la vida cotidiana, de allí la importancia de dar pronto con el diagnóstico adecuado. “La detección precoz de un TPS resulta primordial para prevenir repercusiones en la autorregulación, en el aprendizaje, en la autoestima y en las relaciones sociales. A veces los síntomas se logran detectar tempranamente, durante la época de la lactancia. Cuando un bebé llora excesivamente, es irritable y tiene problemas con la alimentación o con la regulación del sueño, es posible que sea debido a un TPS. Otras veces será más fácil detectar los problemas entre los 2 y 4 años, cuando observemos una dificultad en el aprendizaje de actividades tales como vestirse, pedalear un triciclo, trepar en los módulos de juego de los parques o manipular objetos pequeños. Si los sutiles síntomas de un TPS no han sido detectados en edades tempranas, es probable que se observe que existe un problema una vez iniciada la educación primaria, cuando el niño manifieste dificultades con la lectura, las matemáticas y la escritura o con la conducta y la regulación del nivel de actividad”, advierte Beaudry.

Cuestionamientos, abordajes y calidad de vida
Recientemente, un grupo de médicos pertenecientes a la Academia Americana de Pediatría (Estados Unidos) cuestionaron el diagnóstico de Trastorno del procesamiento sensorial y el valor de la llamada “terapia de integración sensorial”.
En una declaración publicada en la revista Pediatrics, estos referentes en pediatría manifestaron que se debe buscar la presencia de otro trastorno del desarrollo como el autismo, el déficit de atención con hiperactividad, el trastorno de la coordinación del desarrollo o el trastorno de ansiedad como cuadro base cuando un niño muestra signos de problemas sensoriales.
“Debido a que no existe un marco universalmente aceptado para el diagnóstico, el desorden de procesamiento sensorial en general no debería ser diagnosticado", afirmaron, al tiempo que también dejaron deslizar sus dudas respecto a si las técnicas empleadas por los terapeutas ocupacionales pueden ser beneficiosas para los niños con autismo y otros trastornos del desarrollo y del comportamiento. Si bien la Academia Americana de Pediatría no fue tan lejos como para posicionarse en contra de estas terapias, advirtieron a padres y médicos para que monitoreen cuidadosamente el progreso de los niños que utilizan la terapia de integración sensorial, ya que la eficacia de la terapia sería "limitada y no concluyente”.
En la vereda opuesta, los especialistas de los centros y asociaciones que trabajan con estos desórdenes siguen encontrando en la terapia ocupacional y la integración sensorial las herramientas más fuertes para diagnosticar y tratar esta problemática.
Estos abordajes también involucran a la familia en cuanto a la planificación de actividades que tenderán a corregir y estabilizar los desórdenes sensoriales.
En primer lugar, se pide a los padres y al entorno en general que intente ponerse en el lugar del niño afectado, a fin de evitar cualquier tipo de etiqueta que dañe su autoestima.
El terapista ocupacional realiza una evaluación utilizando una prueba estandarizada, observaciones clínicas y entrevistas a los padres y luego sugiere las recomendaciones sobre el tratamiento personalizado apropiado. Dependiendo de cada caso, se irán sumando estrategias para lograr que el sistema nervioso se equilibre, madure e integre correctamente la información sensorial recibida. Estas pautas, conocidas como “dieta sensorial”, se irán trabajando desde distintos ejercicios que estimulan adecuadamente los sentidos hasta lograr que el niño pueda reconocer y fijar un balance. Generalmente, el tratamiento se lleva a cabo en un entorno equipado con equipo especializado, llamado “gimnasio sensorial”.
Como complemento dentro de las terapias ocupacionales, muchos especialistas han incorporado además la técnica del cepillo de Wilbarger, un protocolo de masajes creado por la terapista ocupacional Patricia Wilbarger y que consiste en un cepillado de ciertas partes del cuerpo, como brazos, piernas, espalda que se suma a la compresión de las articulaciones. El objetivo es mantener la calma en el individuo y ayudarlo a conservarse en la zona óptima de modulación sensorial: calma y alerta, pero no sobre-excitación.
También existen tratamientos mixtos, donde médicos, psicomotricistas, fisioterapeutas y logopedas pueden trabajar en equipos interdisciplinarios.
Si el abordaje es efectivo, el niño comenzará de a poco a procesar la información sensorial del medio ambiente en forma más apropiada, mejorando el rendimiento en sus rutinas cotidianas, aumentando la autoestima, la seguridad emocional, autorregulándose, perfeccionando sus habilidades motrices y de lenguaje. Logros que repercutirán positivamente en su desempeño social y académico.
En nuestra sociedad el TPS todavía no es muy difundido y debatido, con lo cual las chances de dar con un diagnóstico adecuado se hacen muy complejas, sobre todo si tenemos en cuenta la amplia variedad síntomas que el trastorno comparte con otras dolencias tan movilizantes y de alta y creciente incidencia como son el autismo y el TDAH.
Por este motivo es muy importante que ante la menor duda respecto a los comportamientos de los niños, los padres y los docentes puedan contactarse con asociaciones y profesionales especializados en este desorden y alcancen a comprender profundamente la naturaleza del mismo. Esto, a su vez, les traerá una mayor tranquilidad y les permitirá transitar el tratamiento con mejor disposición.

FUENTE: EL CISNE (  http://www.elcisne.org/ampliada.php?id=2535 )
Luis Eduardo Martínez
martinez_luiseduardo@yahoo.com.ar

Fuentes:
- http://www.spdfoundation.net
- Procesamiento Sensorial Deficiente, I. Beaundry/ Boletín de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria, Castilla y León.
- www.sinetwork.org
- A Parent’s Guide to Understanding Sensory Integration, realizada en 1991 por la Sensory Integration Internacional, Torrance, EEUU. Traducción al castellano realizada por la terapeuta ocupacional María Pérez-Aradros Postigo; La Rioja, Febrero 2006.
- Rosina Uriarte Álvarez/ Integración sensorial, ¿cómo convivir con la distorsión?, Revista Chavalucos (primavera 2007)
- Beaudry, I. (2006). Un trastorno en el procesamiento sensorial es frecuentemente la causa de problemas de aprendizaje, conducta y coordinación motriz en niños. Boletín de Pediatría de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León, nº 197, 200-203.
- www.ibeaudry.com/


 

Curso Madrid 2013


Principios básicos de Neurodesarrollo para el abordaje de bebés y niños
con lesión neurológica.

Fechas de realización:15-17 Marzo de 2013
Lugar de realización:C/ Grañón, 12 (entrada por calle Vitoria de Rioja) - MADRID - 28050 Metro: Las Tablas (L1)
Distribución de contenidos:Desarrollo normal del niño de 0-12 meses. Desarrollo atípico (Espasticidad, atetosis, ataxia, hipotonía y desarrollode la función manual). Evaluación y principios de tratamiento
Dictado por: Natacha Duks y Ana Inés Teranzani
 
Para más información :http://www.terapiayestimulacioninfantil.com/pdf/Curso_PBN1.pdf

La Integración visomotriz y su importancia en el aprendizaje

Lic. Pedro Sánchez V.


¿Qué es la Integración Visomotriz?
La Integración visomotriz se refiere a la capacidad de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo. La vision está involucrada en casi todos nuestros movimientos sean de motricidad gruesa o fina. Bajo esta premisa, y para fines de éste artículo, nos referiremos solamente a la coordinación entre los ojos y las manos para realizar diversas tareas de lápiz y papel, como las de escritura y dibujo. Muchos especialistas se refieren a estas habilidades como "grafomotricidad".

Cuando a los niños se les pide que dibujen varias formas, pueden presentar dificultades a diferentes niveles. Algunos niños no tendrán dificultades a nivel de percepción visual y tienen la capacidad de percibir los diseños, pero pueden fallar en dibujar las formas con precisión. Estos niños "pierden detalles". Pueden visualmente percibir los detalles del dibujo, pero debido a otros factores, como déficit de su atención por ejemplo, olvidan muchos detalles en la producción gráfica. Es el tipo de niño que dibuja, ve su trabajo y dice "Si se parece". Con práctica y motivación (ya sea dibujando cosas divertidas), estos niños pueden lograr valorar la atención a los detalles y luego incorporar los que puedan faltarle. Por otro lado, otros niños tienen dificultad con el aspecto motriz del dibujo. Para estos niños, mover la mano de un lado del cuerpo hacia el otro, cruzando la línea media del cuerpo, puede ser agotador. Esto hace que el dibujo se vea "roto", ya que comenzará a dibujar en un lado y cuando se acerque a la línea media del papel, va a levantar el lápiz y empezar a dibujar desde el otro lado por separado. No hay una fluidéz del trazo de un lado al otro. Puede girar el papel o inclusive recostarse sobre un lado de la hoja sobre la mesa e ir "armando su dibujo". Puede escribir letras invertidas o no tener una adecuada direccionalidad.

Otros niños sí pueden tener dificultades en la percepción visual del dibujo, de tal forma que fallen en la orientación y posición del dibujo o letra a realizar. Les puede costar también encontrar las diferencias o discriminar que es figura y qué el fondo. Entonces preguntan constantemente a la profesora o se "copian" de cómo lo hace el amigo (inclusive usando los mismos colores, en el caso de un dibujo).





También están los niños que tienen dificultades en la percepción visual y motricidad. Esto hace que dibujar no les agrade (o puede hacerse "el gracioso" para disimular su dificultad). Para estos niños, la integración de las habilidades de percepción visual con un componente motor puede resultar muy difícil y agotador. Muchas veces no se sienten satisfechos con su producción, corrigiéndo su trabajo contínuamente, o evitando este tipo de tareas, por la baja posibilidad de éxito y alta posibilidad de frustración.

Todos estos niños pueden mostrar signos de dificultad visomotriz en su aprendizaje académico. Puede ser mas evidente en la escritura. Completar los dictados de forma precisa puede tomarle mas tiempo y exigirle mas atención que a sus pares. Puede tener problemas al alinear los números para completar problemas de matemáticas. Toda tarea de lápiz y papel requerirá un mayor esfuerzo global (motriz, viso preceptual, atencional, disposición, motivación, etc.) para estos niños. Y sumemos el componente vestíbular y propioceptivo. Copiar de la pizarra, mantener una buena postura para una mejor visión, y una buena toma del lápiz son habilidades básicas en las cuales muchos niños también pueden fallar. Y si sumamos que éste tipo de tareas son diarias, ya conocemos porqué muchas veces el niño no quiere hacer tareas.

Si se sospecha que un niño está teniendo dificultades con sus habilidades de integración visomotriz, consultar con un terapeuta ocupacional. El terapeuta evaluará los aspectos visoperceptuales requeridos para la edad del niño, relacionados con el aprendizaje. Es importante conocer la naturaleza y el nivel en el cual se encuentra el niño respecto a su edad. Entonces el niño puede ser derivado a una Terapia Ocupacional o Terapia de Aprendizaje.

Ayudas en casa
No hay nada mas beneficioso a nivel de integración vimotriz que las actividad lúdicas con cierto grado de exigencia. Así, el trepar una soga, lanzar pelotas en un cesto con ambas manos (y a diferentes distancias), así como el uso constante de la bicicleta (por diferentes rutas) son una plataforma sobre la cual se pueden trabajar áreas mas específicas.

Las Habilidades de Integración Visomotriz pueden ser estimuladas pidiendole que realice dibujos (quizas de sus temas favoritos) o que realice en una lámina una búsqueda visual de un objeto específico.

Tambien podemos darle dibujos incompletos, diferencias, que busque el diferente, absurdos visuales, o que pueda vestirse o desvestirse solo, clasificando y guardando la ropa por tipo, zapatos y si esta limpio o sucio. No olvidemos que si las actividades escritas le son muy difíciles y se muestra resistente, podemos dar mas énfasis a las actividades con material concreto y de la vida cotidiana.

Buscar productos en el supermercado, tener un lugar donde guardar los juguetes (e indicadores visuales como etiquetas o letreros) y hacer "horarios visuales" (si es muy pequeño lo acompañamos con dibujos) son otras ideas que ayuden en el desarrollo visoperceptual. Usar ambos brazos, tanto en actividades de fuerza (colgarse, trepar, trasladar objetos pesados, etc), como en tareas manipulativas, brinda el componente motor tambien necesario para lograr el equilibrio "visomotriz"

Sugerencias de Temple Grandin para enseñar a niños y adultos con autismo.

 

El siguiente artículo está escrito por una profesora que superó sus problemas de desarrollo. Aunque cada niño es distinto también es cierto que se dan regularidades en los trastornos del espectro autista.
Buenos maestros me ayudaron a obtener el éxito. Me fue posible sobreponerme al autismo debido a que tuve buenos maestros. Al a edad de 2 ½ me ingresaron en una escuela de pre-primaria estructurada con maestros experimentados. Desde temprana edad me enseñaron a tener buenos modales y a comportarme en la mesa. Niños con autismo necesitan tener días estructurados, y maestros que sepan cómo ser firmes pero suaves.
Entre las edades de 2 ¼ y 5 mi día era estructurado, y no se me permitía bloquearme. Tenía 45 minutos de terapia del habla , exclusivamente para mí sólo, cinco días por semana, y mi madre contrató a una niñera quien pasaba de tres a cuatro horas por día jugando juegos conmigo y mi hermana.
Ella nos enseñó a “tomar turnos” durante las actividades de juegos. Cuando hicimos un mono de nieve, ella me hizo rodar la bola abajo; y entonces mi hermana tenía que hacer la siguiente parte. A la hora de las comidas, todos comíamos juntos; no se me permitía hacer berrinches. El único tiempo en que se me permitía volver a mi comportamiento autístico era durante un período de descanso de una hora después de la comida. La combinación de la escuela pre-primaria, la terapia del habla, actividades de juegos, y comidas de “señorita modales” sumaban 40 horas a la semana, durante las cuales mi cerebro se mantenía conectado con el mundo.
Muchas personas con autismo son pensadores visuales. Yo pienso en fotos. No pienso en lenguaje. Todos mis pensamientos son como videocintas mostrándose en mi imaginación. Las fotos son mi primer lenguaje, y las palabras son mi segundo lenguaje. Los Nombres eran las palabras mas fáciles de aprender porque podía formar una foto de la palabra en mi mente. Para aprender palabras como “arriba” y “abajo”, la maestra debe demostrarlas al niño. Por ejemplo, tomar un aeroplano de juguete y decir “arriba” o “abajo” al hacer despegar el avión desde el escritorio. Algunos niños aprenden mejor si las tarjetas con las palabras “arriba” y “abajo” se anexan al aeroplano de juguete. La tarjeta de “arriba” se anexa cuando el avión despega. La tarjeta “abajo” se anexa cuando aterriza.
Eviten instrucciones verbales largas. La gente con autismo tiene problemas al recordar la secuencia. Si el niño puede leer, escriban las instrucciones en un pedazo de papel. No puedo recordar secuencias. Si pido indicaciones (de como llegar a algún lugar) en una gasolinera, solo puedo recordar tres pasos. Indicaciones con más de tres pasos tienen que ser escritas. También tengo dificultad recordando números telefónicos porque no puedo formar una imagen de ellos en mi mente.
Muchos niños con autismo son buenos al dibujar, arte y programación de computadoras. Estas áreas de talento deben ser animadas. Pienso que debe haber mucho mas énfasis al desarrollar los talentos del niño. Los talentos pueden ser convertidos en habilidades las cuales pueden usarse para empleos en el futuro.
Muchos niños con autismo se aferran a un tópico como trenes o mapas. La mejor manera de manejar las aferraciones es el usarlas para motivar el trabajo escolar. Si al niño le gustan los trenes, entonces usen trenes para enseñarles a leer y matemáticas. Lean un libro acerca de un tren y hagan problemas de matemáticas con trenes. Por ejemplo, calculen qué tanto le toma a un tren el ir desde Nueva York y Washington.
Usen métodos visuales concretos para enseñar conceptos de números. Mis padres me dieron un juguete de matemáticas que me ayudó a aprender los números. Consistía de un juego de bloques que tenían diferente longitud y un diferente color para los números del uno al diez. Con esto aprendí como sumar y restar. Para aprender fracciones mi maestro tenía una manzana de madera que estaba cortada en cuatro pedazos y una pera de madera que estaba cortada por mitad. De esto aprendí el concepto de cuartos y mitades.
6.) Yo tenía la peor letra de mano en mi clase. Muchos niños con autismo tienen problemas con el control motor de sus manos. El escribir bien a mano es a veces muy difícil. Esto puede frustrar al niño totalmente. Para reducir la frustración y ayudar al niño a disfrutar la escritura, déjenlo escribir en la computadora. El escribir a máquina es frecuentemente mas fácil.
Algunos niños con autismo aprenden a leer mas fácil con los fonemas, y otros lo hacen mejor al memorizar palabras completas. Yo aprendí con fonemas. Mi madre me enseñó las reglas de los fonemas y entonces me hacía hacer los sonidos de mis palabras. Niños con mucha ecolalia aprenden mejor frecuentemente si las tarjetas ilustradas y libros con dibujos se usan para que las palabras completas estén asociadas con fotos. Es importante tener la foto y la palabra impresa en el mismo lado de la tarjeta. Cuando se enseñan nombres el niño debe escucharle pronunciar la palabra y ver la foto y palabra impresa simultáneamente. Un ejemplo de enseñar un verbo sería el sostener una tarjeta que diga “saltar”, y usted salta y dice “saltar.”
8.) Cuando era niña, los sonidos fuertes como la campana de la escuela herían mis oídos como el taladro de un dentista pegándole a un nervio. Los niños con autismo necesitan protegerse de sonidos que hieren sus oídos. Los sonidos que causan mayores problemas son campanas de la escuela, sistemas de anuncios públicos, timbres en el pizarrón donde se muestra quien va ganando y el gimnasio, y el sonido de sillas rechinando en el piso. En muchos casos el niño puede tolerar la campana o el timbre si se le aminora un poco con papel del baño o con cinta adhesiva gruesa. Las sillas rechinando se pueden silenciar al poner pelotas de tenis rebanadas en las terminaciones de las patas o instalando alfombra. Un niño le puede tener miedo de cierto cuarto porque tiene miedo de que repentinamente se verá sujeto a un micrófono rechinante alimentado del sistema de anuncios públicos. El miedo de un sonido al que se teme puede ocasionar mal comportamiento. Si una niña cubre sus oídos, es una indicación de que cierto sonido hiere a sus oídos. Algunas veces la sensitividad a un sonido particular, tal y como una alarma de incendios. Puede desensibilizarse al grabar el sonido en una grabadora. Esto le permitirá al niño iniciar el sonido y gradualmente incrementar su volumen. El niño debe tener el control del sonido al volverse a reproducir.
Algunas personas con autismo son molestadas por las distracciones visuales y luces fluorescentes. Pueden ver el parpadeo de 60-ciclos de la electricidad. Para evitar este problema, coloquen el escritorio del niño cerca de la ventana o traten de evitar el usar luces fluorescentes. Si las luces no pueden ser evitadas, usen los focos mas nuevos que puedan obtener. Los focos nuevos parpadean menos. El parpadeo o luces fluorescentes también pueden ser reducidas al poner una lámpara con un foco incandescente a la antigua en seguida del escritorio del niño.
Algunos niños hiperactivos quienes no se pueden estar quietos todo el tiempo frecuentemente se calman si se les da un chaleco acolchonado pesado para que lo usen. Presión de la ropa les ayuda a calmar su sistema nervioso. Yo me calmaba grandemente con la presión. Para mejores resultados, el chaleco debe usarse durante veinte minutos y quitarse por unos cuantos minutos. Esto previene que su sistema nervioso se adapte al chaleco.
Algunos individuos con autismo responden mejor y hacen mejor contacto visual y mejor habla si el maestro interactúa con ellos mientras que se están paseando en un columpio o enrollados en un tapete. La información sensorial recibida del columpiarse o presión del tapete algunas veces les ayuda a mejorar su habla. Columpiarse siempre debe hacerse como un juego divertido. NUNCA debe ser forzado.
Algunos niños y adultos cantan mejor de lo que hablan. Pueden responder mejor si las palabras y oraciones se les cantan. Algunos niños con sensitividad extrema a sonidos responderán mejor si el maestro les habla en un suspiro bajo. (como en secreto).
Algunos niños y adultos no verbales no pueden procesar informacion recibida visual y auditiva al mismo tiempo. Ellos son mono-canalizadores. No pueden ver y oír al mismo tiempo. No se les debe pedir a ellos que miren y escuchen al mismo tiempo. Se les debe dar un trabajo ya sea visual o auditivo a la vez. Su sistema nervioso inmaduro no puede procesar información recibida visual y auditiva simultáneamente.
En niños y adultos no verbales el tacto es frecuentemente su sentido mas confiable. Frecuentemente es mas fácil para ellos el sentir. Las letras se les pueden enseñar al permitirles sentir letras de plástico. Pueden aprender su horario diario al sentir los objetos un poco antes de una actividad programada. Por ejemplo, quince minutos antes de la comida, darle a la persona una cuchara para que la tiente. Dejarles sostener un carro de juguete unos minutos antes de subirse al carro.
Algunos niños y adultos con autismo aprenderán mas fácil si el teclado de la computadora se pone cerca de la pantalla. Esto le permite al individuo ver el teclado y la pantalla simultáneamente. Algunos individuos tienen dificultad al recordar si tienen que levantar su vista después de tocar una tecla en el teclado.
Niños no verbales y adultos encontrarán mas fácil el asociar palabras con fotos si las ven la palabra impresa y una imagen en una tarjeta. Algunos individuos no entienden dibujos lineales, así que es mejor el trabajar con objetos reales y fotos primero. La foto y la palabra deben estar en el mismo lado de la tarjeta.
Algunos individuos con autismo no saben que el habla se usa para comunicarse. El aprender lenguaje se puede facilitar si ejercicios de lenguaje promueven la comunicación. Si el niño pide una taza, entonces denle un plato. Si el niño pide un plato, cuando quiere una taza, denle un plato. El individuo necesita aprender que cuando dice las palabras, cosas concretas pasan. Es mas fácil para un individuo con autismo el aprender que sus palabras están equivocadas si la palabra equivocada resulta en el objeto incorrecto.
Muchos individuos con autismo tienen dificultad usando el ratón de una computadora. Prueben un artículo para apuntar como una pelota rodante (o pelota localizadora) que tiene un botón separado para hacer clic. Las personas con autismo con problemas de control motores en sus mandos encuentran que es muy difícil el sostener el ratón y al mismo tiempo hacer clic.
A niños que tienen dificultad comprendiendo el habla se les dificulta el diferenciar entre los sonidos fuertes de consonantes tales como ‘D’ en dog y (como en dedo) y ‘L’ en log (como en lobo). Mi maestra de habla me ayudó a aprender a escuchar estos sonidos al estirarlo y enunciar los sonidos duros de consonantes. Aún cuando el niño puede haber pasado una prueba pura del oído, puede tener dificultad escuchando consonantes duras. Niños quienes hablan sonidos de vocales no están oyendo las consonantes.
Algunos padres me han informado que el usar subtítulos en la televisión les ayudó a su hijo a aprender a leer. Al niño le fue posible leer los subtítulos y hacer juego de lo impreso con las palabras habladas. El grabar un programa favorito con subtítulos en una videocinta sería útil porque la videocinta puede pasarse una y otra vez y pararse.
Algunos individuos con autismo no comprenden que el ratón de la computadora mueve la flecha en la pantalla. Ellos pueden aprender mas fácil si una flecha de papel que se ve EXACTAMENTE como la flecha de la pantalla se pega con cinta al ratón.
Niños y adultos con problemas de procesamientos visuales pueden ver el parpadeo en las computadores que tienen monitores tipo TV. Ellos pueden ver mejor algunas veces con laptops (computadoras pequeñas portátiles y paneles planos que tienen menos parpadeo.
Niños y adultos quienes le tienen miedo a las escaleras frecuentemente tienen problemas de procesamiento visuales. A ellos les da miedo la escalera porque no pueden determinar cuando subirse o bajarse. Esos individuos pueden también no poder tolerar las luces fluorescentes. Anteojos de color o “Irlen” pueden ayudarles.
Individuos con problemas de procesamiento visual frecuentemente encuentran mas fácil el leer si las letras impresas negras se imprimen en papel de color para reducir el contraste. Prueben papel de colores bronceado o marrón claro, azul bajito, gris, o verde claro. Experimenten con diferentes colores. Eviten el amarillo brillante—puede herir los ojos del individuo. Los lentes de color llamados Irlen pueden también facilitar la lectura.
El enseñar la generalización es frecuentemente un problema para niños con autismo. El enseñarle a un niño con autismo a generalizar el principio de no correr cruzando la calle, debe de enseñársele en muchos diferentes lugares. Si se le enseña en un solo lugar, el niño pensará que la regla sólo se aplica para un lugar específico.
Un problema común es que un niño puede usar el baño correctamente en su hogar pero rehusa usarlo en la escuela. Esto puede deberse a una fallo en reconocer el sanitario. Hilde de Clereq de Bélgica descubrió que un niño con autismo puede usar un pequeño detalle no relevante para reconocer un objeto tal y como el baño. Es un trabajo de detective determinar cuál es el detalle. En un caso un niño sólo podía usar el excusado en su hogar que tenía un asiento negro. Sus padres y maestro pudieron hacerlo que usara el excusado en la escuela cubriendo el asiento blanco con cinta adhesiva negra. La cinta fue gradualmente removida y los excusados con asientos blancos ahora son reconocidos como excusados.
Las secuencias son muy difíciles para los individuos con autismo severo. Algunas veces no comprenden cuando el trabajo que se les presenta tiene una serie de pasos. Un terapeuta ocupacional le enseñó con éxito a un niño con autismo no-verbal el usar un resbaladero en un patio de recreo al caminar con él subiendo la escalera y resbalándose hacia abajo con él. Debe de enseñarse por el tacto y lo motor y no visualmente. El ponerse zapatos también se puede enseñar de esta manera. El maestro debe poner las manos arriba de las manos del niño y mover las manos del niño sobre su pie de manera que sienta y comprenda la forma de su pie. El siguiente paso es sentir la parte de afuera de un zapato que se deslice sobre el pie. Para ponerse el zapato, el maestro guía las manos del niño hacia el zapato y, usando el método de mano-sobre-mano, desliza el zapato hacia el pie del niño. Esto le permite al niño el sentir todo el proceso de ponerse su zapato.
Niños melindrosos para comer son un problema común. En algunos casos el niño puede estar enfocado en un detalle que identifica a cierto tipo de alimento. Hilde de Clerq encontró que un niño solo comía plátanos marca Chiquita porque se estaba enfocando en las etiquetas. Otras frutas como manzanas y naranjas fueron aceptadas cuando las etiquetas Chiquita fueron puestas en ellas. Pruebe el poner diferentes pero similares tipos de comida en la caja de cereal u otro tipo de paquete de una comida favorita. Otra madre tuvo éxito al poner hamburguesa hecha en casa con un pan sin trigo en un paquete de McDonald.
Diciembre 2002
Temple Grandin, Ph.D.
Profesora Asistente
Universidad del Estado de Colorado
Fort Collins, CO 80523, E.U.A.(Revision: Diciembre 2002)


Publicado por Autismo Diario el 16 febrero, 2007.
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Gustavo Reinosso: Nota sobre déficit en IS y escolaridad!!

UN 15% DE LOS ESCOLARES PUEDE FRACASAR EN SUS ESTUDIOS POR DÉFICIT SENSORIAL




Vitoria 15 sep (EFE).- Dificultades en la escritura o en el aprendizaje, que habitualmente son achacados a la vagancia, pueden deberse a carencias en la integración sensorial, un problema que afecta hasta a un 15 por cien de los escolares y que puede desembocar en fracaso escolar si no se trata a tiempo.

En declaraciones a EFE, el experto Gustavo Reinoso ha asegurado que una de las herramientas que pueden contribuir a ayudar a los niños que se encuentran en esta situación es la terapia ocupacional, una disciplina no demasiado conocida en España, pero avalada internacionalmente por sus buenos resultados.

Diplomado en Terapia Ocupacional por la Universidad Litoral (Argentina) y poseedor de una formación en este área en diversas universidades de Estados Unidos, Reinoso asegura que los niños que padecen estas disfunciones pueden padecer un auténtico calvario en las aulas "porque ven que no pueden hacer muchas cosas que otros desarrollan con facilidad".

En última instancia, esto puede desembocar, si no se trata con prontitud, en autoestima baja, frustración, abandono escolar, y en edades posteriores, en alcoholismo o depresión, advierte Reinoso, co fundador del Advance Therapy Systems (ATS) en Irlanda, un centro especializado en integración sensorial para niños y adultos.

Un infierno similar pueden padecer los padres, que no saben cómo tratar a su hijo porque no aprende con normalidad, a pesar de que, en muchas ocasiones, los dictámenes psicológicos sean normales.
Entonces, las familias inician un peregrinaje por diferentes consultas, que no siempre detectan el problema con acierto.

Reinoso reconoce que "cuesta" llegar a la terapia ocupacional como forma de abordaje de estos problemas y, de hecho, "son los propios padres los que, vía Internet o por el boca a boca, se movilizan para dar salida a la situación de sus hijos".

Por ello, el experto recomienda a los padres que cuando detecten alguna disfunción en sus hijos, "se agrupen, se asocien, investiguen y busquen centros" porque cuando vean que "las cosas tienen un nombre y se pueden solucionar no van a parar".

"Hemos fallado al no escuchar lo suficiente a las familias cuando han hablado de estos problemas", ya que son ellos quienes realmente los perciben.

En este sentido, la terapeuta ocupacional Estíbaliz Barrio, responsable de la Asociación para la Atención de Niños con Alteraciones del Desarrollo "Kulunka", de Vitoria, explica que en España los centros escolares carecen de terapeutas ocupacionales.

Estos profesionales sólo figuran en los Centros de Coordinación Pedagógica, donde un única persona debe atender a varios colegios, por lo que, en la práctica, solo se trata a los casos más graves.
"Además, con la crisis se ha restringido todavía más el campo de trabajo", señala Barrio.
A juicio de Reinoso, esta estrategia es una "mala inversión" por parte de las autoridades educativas, ya que el hecho de contar con terapeutas cualificados en los colegios evitaría que los problemas desembocaran en otros mayores, "mucho más caros de solucionar".

Para no llegar a esta situaciones, Reinoso propone un método de trabajo basado en juegos específicos, ejercicios psicomotores como trepar o saltar, o actividades como sumergirse en texturas, contando siempre con la colaboración del niño.

Según recalca Reinoso, los beneficios de estas fórmulas están avalados por diversos estudios internacionales y hacen que los escolares puedan disfrutar de actividades que hasta entonces no habían imaginado que les pudieran gustar. EFE

Prueba Piloto con Niños del Espectro Autista (TEA)

Gracias Judith Abelenda por compartir con Neurolandia este maravilloso articulo:


Los niños con diagnóstico de trastornos del espectro autista (TEA) han recibido por largo tiempo tratamientos de integración sensorial (IS). Sin embargo, hasta la fecha no ha habido estudios que con total confianza prueben la eficacia de esta intervención con estos niños.
En la Edición Enero/Febrero de 2011 el American Journal of Occupational Therapy (Revista Americana de Terapia Ocupacional) publica los resultados de un estudio piloto sobre la eficacia de las intervenciones de IS en niños con TEA. Este estudio trata de resolver los diferentes problemas que se han encontrado en el pasado para realizar estudios de eficacia.
Los terapeutas ocupacionales que usamos en nuestra práctica cotidiana el marco de referencia de integración sensorial celebramos la publicación de este estudio, y esperamos que los esfuerzos en esta dirección continúen para poder proveer a los niños con TEA servicios eficientes y de probada eficacia.

Entre las dificultades para realizar estudios de eficacia se cita el hecho de que la naturaleza individualizada del tratamiento de IS no permite aplicar protocolos preestablecidos a todos los niños en el estudio. Otra dificultad radica en que los estudios han contado con un número de participantes muy pequeño, lo que hace difícil establecer estadísticamente la eficacia de la intervención. Finalmente, la falta de herramientas de evaluación apropiadas para medir el cambio después de la intervención ha creado otra barrera para la medición de la eficacia.

El objetivo de este estudio piloto es implementar un diseño de alta calidad con el objetivo de establecer un modelo para futuras pruebas controladas aleatorias, identificar cuáles son las mejores herramientas para medir los resultados de la intervención y establecer si las intervenciones de IS son efectivas en niños con TEA.

El estudio incluyó 37 niños de entre 6 y 12 años que fueron asignados de manera aleatoria a dos grupos: uno recibió tratamiento de terapia ocupacional basada en integración sensorial, y el otro tratamiento de terapia ocupacional con énfasis en motricidad fina. El tratamiento fue provisto de manera intensiva 3 veces por semana durante un período de 6 semanas.

Para tratar el problema de la heterogeneidad de las intervenciones debido a la naturaleza individualizada de la misma, el estudio utilizó una medida de fidelidad al tratamiento, que establece las pautas que una intervención de integración sensorial debe seguir para poder ser designada como tal y establecer unos patrones comunes a todas las intervenciones.

Para tratar el problema de la medición del progreso antes y después del tratamiento, el estudio utilizó (además de una serie de baterías que evalúan el procesamiento sensorial, la responsividad social,  las funciones neurológicas y escalas de conducta adaptativa), una Escala de Logro de Objetivos (Goal Attainment Scaling – GAS). Esta escala permite establecer y medir objetivos de tratamiento funcionales, significativos y específicos para cada participante en el estudio. Es este caso, los objetivos fueron establecidos por los investigadores en conjunción con los cuidadores principales de los niños. Los objetivos se dividieron en tres categorías: Procesamiento Sensorial y Regulación, Habilidades Funcionales Motoras, y Habilidades Sociales/Emocionales.

Los resultados indicaron que al finalizar la intervención ambos grupos demostraron mejoras en los objetivos establecidos por el GAS, pero el grupo que recibió integración sensorial obtuvo mejoras significativamente mayores en las tres áreas.

Por otra parte, el grupo de integración sensorial demostró mejor responsividad social con muchos menos manierismos autistas (movimientos repetitivos, autoestimulación) indicando que esta intervención puede tener una influencia sobre los síntomas centrales de TEA. Es posible que esto se deba a una mejora en la habilidad de procesar estímulos sensoriales, ya que tanto la autoestimulación como los movimientos repetitivos tienen la función de regular la función sensorial.

Finalmente, al finalizar el tratamiento, una gran cantidad de niños del grupo de IS, que no habían sido capaces de completar una prueba estandarizada antes del inicio del tratamiento, pudieron hacerlo, indicando mejor atención y habilidad de enfocarse y de comprender instrucciones dadas verbalmente.

En síntesis, este es un estudio promisorio que otorga un apoyo preliminar para el uso de intervenciones de IS con niños con TEA

El artículo completo donde se presenta este estudio es:
Pfeiffer, B.A., Koenig, K., Kinnealy, M., Sheppard, M. & Henderson, L. (2011). Research Scholars Initiative – Effectiveness in sensory integration interventions in children with autism spectrum disorder: A pilot study. American Journal of Occupational Therapy, 65,  76-85

Así empezó todo...

En este video la Dra. Lucy Miller nos cuenta como empezó la integración Sensorial. Preciosas imágenes de Jean Ayres trabajando en su clínica. Un aliento para los que trabajamos a pulmón ver su consultorio, sencillo, hecho a mano, sin lujos. Que bueno poder ver como empezó todo!!!! Pasen y vean....



Déficit de procesamiento sensorial en el espectro del autismo. Autores:Erna Imperatore Blanche y Gustavo Reinoso

Introducción

Autismo es un patrón de retraso del desarrollo de aspecto biológico y etiológico diverso (Herbert, 2005). El trastorno generalmente esta caracterizado por un comienzo temprano de déficit cualitativos en la interacción social y conductas estereotipadas que también pueden manifestarse en el sistema inmune, gastrointestinal, y de las funciones sensoriales (Greenspan, 2006; Herbert, 2005). Autismo, Asperger (AS) y Trastornos Profundos del Desarrollo (PDD) constituyen el Espectro del Trastorno del Autismo (ASD) (American Psychiatric Association, 2000). El diagnostico del espectro esta basado primordialmente en observaciones de la conducta, chequeos o entrevistas realizados por profesiones con experiencia (Volkmar et al, 2005). En el presente ASD es uno de los trastornos del desarrollo que están creciendo mas rápidamente en USA y otras partes del mundo. La asociación de autismo de USA (The Autism Society of America, 2006) reporta que en el ano 2006 existían 1.5 millones de individuos diagnosticados con autismo en USA, un aumento del 170% en la prevalencia de este diagnostico desde 1990. Las estadísticas indican que 1 en 166 (150) de los nacimientos vivos son niños diagnosticados con autismo. Se estima que el costo anual de intervención con estos niños en USA es de 90 billones de dolares de los cuales el 90% se gasta en el cuidado del adulto (Autism Society of America, 2006). Dos tercios de esta cantidad podría ser reducida con diagnostico e intervención temprana (Autism Society of America, 2006) .

El proceso de diagnostico del ASD durante los primeros anos de edad sigue siendo un desafió para los padres y los profesionales. La literatura es rica en estudios que describen los primeros signos del autismo, pero estos estudios no son usados en la practica clínica y las familias viven con la intercidumbre en vez de la confirmación que las conductas que exhiben los niños son signos de un trastorno severo en el desarrollo (Schieve, Blumberg, Rice, Visser & Boyle, 2007).

Central en el diagnostico temprano del autismo son los signos de disfunción sensorial presentados por estos niños, los cuales muchas veces llevan a los padres a la búsqueda de consulta profesional. Signos de disfunción sensorial en niños con diagnostico de autismo han sido descriptos tempranamente en la literatura. Kanner (1943) describió no solo la fascinación y el placer que los niños con diagnostico de autismo experimentan en relación a ciertos estímulos sensoriales como el reflejo de la luz en los espejos sino también signos asociados con estrés como por ejemplo el cubrirse los oídos en presencia de ciertos sonidos. La descripción de signos de déficits en el procesamiento sensorial en el niño con diagnostico de autismo abunda en la literatura e incluyen no solo el resultado de estudios de investigación y reportes clínicos sino también numerosas descripciones cualitativas de carácter biográfico (Bemporad, 1979; Cesaroni and Garber, 1991; Grandin and Scariano, 1986; Gerland, 2003; Jones, Quigney, & Huws, 2003; Williams, 1999)

Terapistas ocupacionales y físicos muchas veces reciben a estos niños en su practica clínica y se encuentran en la situación de escoger la intervención ideal para tratar estos problemas. Este articulo busca elucidar la evidencia en la literatura de investigación que describe los problemas sensoriales presentes en el diagnostico de autismo para que de esta manera el profesional tenga claro que estos déficit impactan el funcionamiento ocupacional de estos niños y de la familia.

La revisión de la literatura se condujo del siguiente modo. Bases de datos comúnmente utilizadas por la comunidad científica fueron revisadas sistemáticamente en busca de publicaciones cuyo énfasis principal fuera la descripción de los problemas sensoriales en los individuos con diagnostico de autismo. La búsqueda incluyo artículos cuyo titulo o resumen incluyera los descriptores autismo y sus sub-descriptores, sensorial y sub-descriptores y que fueran publicados en el periodo 1997-2007 en el idioma ingles. Técnicas de reducción en el volumen de la literatura se emplearon considerando disponibilidad, relevancia, y validez. Las listas de referencias enumeradas en los artículos revisados se consideraron en relación a su aporte al tema de revisión. Bases de datos utilizadas incluyeron Ovid databases (United States National Library of Medicine, 2007), Health and Psychosocial Instruments (Behavioral Measurement Database Services, 2007) Medline (United States National Library of Medicine, 2007), Psychinfo (Cambridge Scientific Abstracts, 2007), Eric (Eric, 2007), Mantis (The Action Potential Corporation, 2007), First Search (United States National Library of Medicine, 2007), OT Search (OT Search, 2007), OT Seeker (OT Seeker, 2007). Esta revision esta basada en articulos que pueden proporcionar mas evidencia al trabajo de terapeutas ocupacionales.

Resultados de la revisión

Los resultados de la revision apoyaron la presencia de disfunciones sensoriales en niños con autismo. La mayoria de los estudios se centran en los sistemas auditivos y táctiles y mas que nada en disfunciones de hyper o hypo respuesta mas que en disfunciones de discriminación.

Es relevante establecer que los síntomas sensoriales presentes en varios de los sistemas descriptos en la literatura en el individuo con autismo no son atribuidos a déficit en la agudeza (por ejemplo visual o auditiva) del mismo individuo (Rosenhall, Nordin, Sandstroem, Ahlsen, & Gillberg, 1999; Scharre & Creedon, 1992). Actualmente deficits sensoriales no son necesarios para el diagnostico de autismo y generalmente son explicados bajo el rubro de características asociadas (Happe, 1995)

Dentro de los signos mas comúnmente reportados en la literatura se encuentran patrones de hyporrespuesta e hyperrespuesta. La coexistencia de ambos patrones (hypo e hyperrespuesta) tambien ha sido descripta en individuos con diagnostico de autismo (Greenspan & Wieder, 1997; Hirstein et al., 2001). Además, basado en evidencia del Perfil Sensorial (Dunn, 1999) se describe a niños que son buscadores de sensaciones (Liss, et al. 2006). Esta ultima categorización esta menos clara y podría se parte de las categorizaciones anteriores. La tabla 1 describe las características esenciales de los patrones de déficit relacionados al procesamiento sensorial en el niño con diagnostico de autismo.

Para seguir leyendo: http://www.aisaargentina.com.ar/articulo-v.php?id=12

Nuevo Curso de Gustavo Reinoso en Argentina

¿Que es un desorden de integración Sensorial?

Video de you tube muy didáctico donde explica brevemente las disfunciones de integración sensorial. Por recomendación de un seguidor (Nico) lo cuelgo para los que lo quieran ver. En inglés... ya haremos uno en castellano!!
http://www.youtube.com/watch?v=6O6Cm0WxEZA&feature=related

Erna Blanche: trastornos sensoriales y los niños del espectro (TEA)

http://www.youtube.com/watch?v=pm3TgFELT80

Aunque está en inglés, me pareció super interesante este video de You Tube donde Erna explica las características sensoriales de los niños del espectro. Pasen y vean!!

Defensa Táctil

"La defensa táctil es un desorden sutil, pero serio. (...) Por lo general el niño táctilmente defensivo es hiperactivo y distraído y este es el aspecto que más molesta a los padres y maestros. Sin embargo no todos los niños hiperactivos y distraídos son así por un procesamiento táctil insuficiente.
El desorden neural que ocasiona que el niño sea táctilmente defensivo no necesariamente obstruye el aprendizaje, pero la incomodidad y las reacciones de comportamiento que este desorden ocasiona, sí interfieren en su proceso de aprendizaje. Con mucha frecuencia, el niño es inseguro emocionalmente. Parece que el desorden del sistema táctil también hace que las emociones se alteren fácilmente.

Los síntomas

La defensa táctil es la tendencia a reaccionar negativa y emocionalmente a las sensaciones del tacto. La reacción ocurre únicamente bajo ciertas condiciones. La mayoría de la gente reacciona de manera negativa a los estímulos táctiles particularmente ofensivos, como que un bicho nos camine por la piel o que una mano nos toque por sorpresa. AL niño táctilmente defensivo son muchas más las sensaciones del tacto las que le causan reacciones. Es extremadamente sensible a estímulos que otras personas difícilmente sienten. Las sensaciones del tacto ocasionan una alteración considerable en su sistema nervioso y producen emociones y comportamientos  negativos.
La inhibición es un proceso neurológico en el cual una parte del sistema nervioso impide que otra parte reaccione excesivamente a la entrada sensorial. Las sensaciones táctiles del rozar la ropa con la piel y las de la propia piel, entran constantemente al sistema nervioso de toda persona. Sin embargo la mayoría de la gente inhibe la percepción de estas sensaciones y evita que su sistema nervioso responda a ellas. El niño táctilmente defensivo no tiene suficiente actividad inhibidora, por lo que estas sensaciones y muchas otras, lo hacen sentir incómodo y quiere moverse por todos lados. Resulta muy difícil prestar atención en la escuela cuando su piel o su ropa se sienten incómodas y tiene que moverse todo el tiempo para reducir esta incomodidad.
Es posible que el niño prefiera usar una camisa o blusa de manga larga para tener los brazos cubiertos o que prefiera usar un sweter aún cuando sienta calor. Puede ser que evite la masa o al pintura para dedos, o que no quiera andar descalzo sobre el pasto o la arena. También es posible que no le guste que lo bañen o que no le guste pisar un charco porque el agua le salpica y activa excesivamente su sistema nervioso. Algunas telas como la lana, las telas sintéticas o las de textura tiesa le causen incomodidad.
Cuando se siente especialmente seguro, sobre todo con alguien a quien ama, posiblemente deje que lo toquen y lo aprieten más. En algunas ocasiones puede llegar a evitar hasta el contacto con su madre. El niño táctilmente defensivo se encuentra en un verdadero dilema, necesita que lo toquen más que a otros niños, pero es menos capaz de modular los estímulos táctiles y de usarlos para mantener su sistema nervioso equilibrado. Los padres de los niños táctilmente defensivos necesitan ser especialmente observadores y comprensivos. El amor por sí solo no es suficiente para aliviar los problemas de estos niños, pero sí ayuda. La terapia ayuda aún más. (...) Los parientes y amigos pueden llegar a ofenderse porque el niño rechaza sus abrazos y besos: llegan a  pensar que no le caen bien, cuando en realidad su rechazo no es nada personal. El pariente amistoso que quiere mostrar  su afecto pasando su mano por el cabello del niño puede llegar a ofender a su sistema táctil (...) El niño puede llegar a tener problemas para jugar con otros niños porque ellos no se dan cuenta cuando lo hacen sentir incómodo. Jugar a la mancha es una agonía. El niño no reacciona sólo al tacto sino también al temor de que alguien vaya a tocarlo. Se tocado desde atrás o si alguien no puede anticipar cuándo lo van a tocar, resulta especialmente amenazante, por lo que hacer esperar en una fila a un niño táctilmente defensivo es una invitación a un incidente. Entonces el maestro considera que el problema es un mal comportamiento y no se da cuenta de que el niño tiene una razón física para comportarse del modo en que lo hace.
A veces el niño con defensa táctil evita juguetes que a otros niños les gustan como los peluches,pero otros niños táctilmente defensivos buscan mayor cantidad de estimulación táctil confortable. La entrada táctil que se siente bien, organiza al sistema nervioso y ayuda a reducir las reacciones negativas. Es por eso que algunos niños defensivos tienen una necesidad especial de un osito de peluche o de una "manta de seguridad". Es posible que les guste enrollarse en una cobija mientras ven la televisión o que quizás quieran acostarse en una alfombra mullida.

Lista para verificar comportamientos de defensa táctil

Si su hijo muestra varias de las siguientes reacciones frecuente o consistentemente, está mostrando un comportamiento de defensa táctil. Si varios de esos comportamientos aparecen en conjunto con hiperactividad y con la dificultad de enfocarse en la tarea, es probable que sea táctilmente defensivo y deba recibir ayuda de un terapeuta de integración sensorial:

  1. Evita que le toquen la cara. Es posible que retire la cabeza si hay alguna cosa cerca de su cara. Lavarle   la cara puede ser especialmente difícil.
  2. Le resulta especialmente irritante que lo toquen durante el trabajo dental y se mueve mucho en la silla del dentista.
  3. Sufre cuando le lavan o le cortan el cabello.
  4. No le gusta que la gente lo toque,  ni siquiera de manera amistosa y agradable. Se retira cuando lo quieren abrazar o incluso cuando le dan una palmada en el hombro.
  5. Tocar al niño al vestirlo puede desencadenar una reacción negativa. Simplemente subirle las medias puede hacerlo reaccionar.
  6. No le gusta que lo bañen o le corten las uñas.
  7. Tiende a evitar el contacto físico con amigos, aún cuando le guste hablar con ellos y relacionarse.
  8. El hecho de que lo toquen desde atrás le resulta más amenazante que a otros niños.
  9. Sufre al estar cerca de la gente aún sin tocarla o sin que lo toquen a él.
  10. A menuda prefiere usar ropa de manga larga aunque tenga calor.
  11. Tiene una necesidad poco usual de tocar o evitar tocar ciertas superficies o texturas como una alfombra o cobija.
  12. Es sensible a ciertas telas y evita la ropa hecha de ese material
  13. No le gusta poner sus manos en la arena, en masa o en materiales similares.
  14. Evita andar descalzo especialmente en el pasto o en la arena
  15. De bebé sentía mucha incomodidad cuando le limpiaban la nariz o los oídos.

Texto extraído de "La integración sensorial y el niño" pág. 142, Jean Ayres

Nota: Actualmente hay varios estudios que comprueban que los niños del espectro autista suelen mostrar defensividad táctil.

La I.S. y los niños del espectro autista

Los niños  diagnosticados con patologías del espectro autista generalmente muestran muchos síntomas de un procesamiento sensorial insuficiente y su interacción con el ambiente físico  también se ve afectado.

Jean Ayres dedica un capítulo de su libro “La integración sensorial y el niño” a explicar los trastornos que presentan, a nivel sensorial, los niños autistas. En la época en que Ayres desarrolló la teoría no existía como en la actualidad una especificación detallada del espectro autista. Hoy conocemos que un niño puede presentar desde un Síndrome de Asperger, a un trastorno generalizado del desarrollo hasta un autismo profundo. Todos estos niños, en mayor o menor grado demuestran trastornos sensoriales. Por esta razón, extraigo a continuación algunos conceptos que Ayres escribió pensando en los niños autistas.

Desorden de procesamiento sensorial

Cuando los niños autistas colaboran lo suficientemente para someterse a pruebas estandarizadas de las funciones de integración sensorial, generalmente sus puntuaciones son similares a las del niño dispráxico. Se les dificulta la localización del estímulo táctil y saber dónde se encuentran sus manos cuando no pueden verlas. Tienen bastante dificultad en la planeación motora (…).
Existen tres aspectos del procesamiento sensorial insuficiente que encontramos en los niños autistas. Uno, la entrada sensorial no está siendo registrada correctamente en el cerebro del niño, por lo que pone poca atención a casi todas las cosas y en otras ocasiones reacciona excesivamente; dos, es posible que no module bien la entrada sensorial, en especial las sensaciones vestibulares y táctiles, por lo que posiblemente sea gravitacionalmente inseguro o táctilmente defensivo; tres, la parte de su cerebro que hace que quiera hacer cosas nuevas o diferentes, no opera normalmente, por lo que el niño tiene poco o ningún interés en hacer cosas propositivas o constructivas.

El registro de la información sensorial

La mayoría de la gente ha pasado por una calle conocida cierto número de veces y un día nota algo que nunca antes había visto. Nos preguntamos si ese letrero, el edificio o cualquier otra cosa es nueva y nos sorprende descubrir que siempre ha estado allí. Simplemente nuestro cerebro nunca antes había decidido que valiera la pena notar ese objeto. Generalmente ni siquiera nos damos cuenta de por qué atrajo nuestra atención en ese momento. En ocasiones, algo en la imagen del objeto era diferente, quizás el sol lo iluminaba de otra manera  y esta ligera diferencia causó  que nuestro cerebro registrara la imagen que antes había ignorado.

Hay una parte del cerebro que decide cuál entrada sensorial registramos y llama nuestra atención y, también decide si haremos algo con respecto a esa información. Esa parte no está trabajando bien en el cerebro del niño autista, por lo que no registra muchas cosas que los demás si notan. La respuesta del niño autista a la terapia será directamente proporcional a la insuficiencia en el funcionamiento de esa parte.

Las entradas auditiva y visual también se ignoran o no se registran con más frecuencia que otros tipos de estímulos sensoriales (…). Con frecuencia no reaccionan cuando caen o se golpean, como si no sintieran dolor, a menos que éste sea muy intenso. Sin embargo, algunos son excesivamente sensibles a las texturas de las cosas; cuando son pequeños es posible que se resistan a la comida sólida porque no les gusta su textura. Es posible que respondan negativamente a ser tocados por otra persona.

Con frecuencia el tacto con presión profunda es el tipo de estimulación táctil que produce una respuesta positivas y es posible que les guste acostarse entre dos almohadones y que algo pesado les ruede encima. O colocar sus manos debajo de objetos pesados y disfrutan de las sensaciones de presión que lastimarían al promedio de los niños. Quieren sentir algo pero quizás su cerebro sólo registra sensaciones muy fuertes. Algunos de estos niños actúan como si la mayoría del tiempo sus manos se sintieran incómodas y una presión fuerte las hiciera sentir mejor. A menudo, a los niños dispráxicos también les gusta el tacto de presión firme, pero parece que registran la entrada con mayor facilidad que el niño autista. El niño autista siente la entrada de su músculos y articulaciones mejor de lo que siente por medio de sus ojos o sus oídos. Jalar las piernas o los brazos estimula los receptores que se encuentran en los músculos y en las articulaciones y los niños autistas con frecuencia ofrecen sus brazos y sus piernas para que el terapeuta los jale. Insistimos en que parece que sólo las sensaciones muy fuertes- sensaciones tan fuerte que a otros dolerían- son registradas por el cerebro autista.

Los niños autistas buscan el movimiento y la estimulación tenazmente o los rechazan por completo. Ninguna de estas respuestas es normal. Algunos quieren enormes cantidades de movimiento y parece que obtienen mucho placer en esto.  Movimientos como girar o columpiarse no los hacen sentir mareados o con náuseas. Esto sugiere que su cerebro no registra la entrada vestibular como debiera (…).

A menudo se puede motivar al niño autista para que registre la entrada sensorial si se le proporciona un estímulo adecuado. Es por esta razón que las terapias que modifican el comportamiento (TCC) son efectivas con estos niños. La terapia de integración sensorial también trata de proporcionar un incentivo para que el niño registre las sensaciones, pero este incentivo es interno y natural. El placer de la estimulación vestibular durante la terapia ayuda a motivar al niño y también ayuda al cerebro a procesar otras entradas sensoriales, especialmente las visuales. Están más propensos a mirar al terapeuta a los ojos durante o inmediatamente después de movimientos corporales que comprenden mucha estimulación vestibular.

Es interesante, para los que dominan el idioma inglés, escuchar a la Dra. Temple Grandin hablar sobre sus trastornos sensoriales. Es altamente recomendable su libro "Atravesando las puertas del autismo".